ULTRAMARINOS
Los
hombres españoles son serios, éticos.
peléticos,
pelimpimpéticos, pero poco lúdicos
pelúdicos,
pelimpimpúdicos,
por esa
razón nunca les daré
los libros
más valiosos de mi biblioteca. Mis libros
son y
serán para los hombres de Latinoamérica
porque
caminan en lugar de andar
porque
soportan paradojas y devaluaciones
y
porque me responden cuando les pregunto
si hay
algo más ridículo que Panamá.
¿A
quién se le ocurrió partirlo en dos?
(Muchacha
de Castilla, necesitas saber más
de
logística y de barcos mercantes).
Mientras
tanto, los hombres serios, éticos, peléticos,
pelimpimpéticos
carraspean y creen pronunciar bien
y
quemarían en la plaza pública
al que
lleve sandalias. Y también quemarían
mi
biblioteca entera, o más bien sus abuelos
habrían
quemado a los abuelos de mis propios libros.
Para
evitarlo, en mi maleta viajan
mis
libros más preciados hacia los otros hombres.
Van por
el cielo y dejan una estela
de
buenas intenciones. Tienen su origen en una vehemencia
y a
otra se encaminan, aunque más matizada
y con
silenciador.
Se
extraña la tripulación del peso desmedido
de mi
bolso de mano: es el tú
y el
vosotros de los libros que traigo.
Pido
perdón por esto, pido este perdón áspero
que
sabe a polvorón y que es cristiano porque en sus ingredientes
hay
manteca de cerdo. A cambio os doy mis libros,
para
que fabriquéis verano con su invierno.
(No, a
bailar que no me saquen,
que yo
bailo muy mal, que yo soy
castellana)
Mercedes
Cebrián
Muchacha
de Castilla
La
Bella Varsovia
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