El
padre de mis hijos
fue un
hombre de palabra
moribundo
les decía a las enfermeras
cuando
le preguntaban cómo se sentía
acá
estoy en la dulce espera.
Maestro
en el arte de decir
inesperadamente
por sorpresa
lo que
nunca nadie quiere escuchar
ese
hombre se estaba yendo
a
partir de su propia muerte.
Pero cómo
hablar de la muerte de él
si mis
hijos mis ojos los ojos de ellos
puestos
en el pasado miran el futuro
ellos
que nacieron en una generación
donde
el reality show da miedo
ellos
seguramente quieren saber
si es verdad
o es mentira
lo que
una madre escribe?
¿Cómo
hablar de la muerte entonces
sin
haberse muerto?
Cuando ellos
descuenten mi tiempo
el
tiempo de su padre volverá a visitarlos
y otros
duelos otros sueños
de
infancia revisitada los fortalecerán
para la
vida por fuera lejos
de mi
cuaderno a rayas.
Por eso
por ellos digo:
no hablé
y no creo que hable
por
ahora.
Fragmento
de La novela de la poesía
de
Tamara
Kamenszain
En
Backstage
18
entrevistas (y algunas notas) alrededor de la poesía contemporánea
Maurizio
Medo
Ediciones
Liliputienses
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