31
Me
parece igual a dioses ese hombre quienquiera
que sea
que enfrente de ti
se
sienta y escucha muy cerca
tu
dulce charlar,
tu reír
adorable —oh, eso pone
alas al
corazón por dentro de mi pecho
pues
cuando te miro, un solo instante, ni habla
en mi
queda,
no: la
lengua se rompe y un tenue
fuego
va a la carrera bajo la piel
y en
los ojos no hay vista y un tamborilear
llena
los oídos
y un
frío sudor me invade, un temblor
entera me
atenaza, más verde que la hierba
me pongo,
y muerta —o casi muerta
me
parece que estoy.
Mas todo
ha de intentarse, pues hasta una persona en la pobreza
Si no,
el invierno
Fragmentos
de Safo
Anne Carson
Traducción
de Aurora Luque
Vaso
Roto
No hay comentarios:
Publicar un comentario