lunes, 13 de octubre de 2025

TRES POEMAS DE ANA PÉREZ CAÑAMARES EN SERONDA






No añadas nada de poesía a tu mirar

JORGE RIECHMANN



En las copas febriles de los árboles

la luz

diva de cine

se aferra a su esplendor


el petirrojo relumbra

y al cuervo le centellea

en el pecho purpurina


la noche espera en su camerino

entre su repertorio busca y busca


tú lo miras todo desde el palco

y te preguntas cuántas veces

al tesoro lo ocultan menudencias


durante el poema siempre caen las sombras.




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Los muertos nos proponen tareas

RUTH KLÜGER



Bajo los focos feroces, el jefe de pista

escupe los nombres de los muertos

nuestros muertos

como si fueran el zapato roto de una antigua pobreza


nos hace su público y por lo tanto cómplices

nos contagia un aire corrupto

el desarraigo de un circo ambulante


quién será el primero en cortar las cuerdas

de los trapecios, quién les arrancará

a los caballos sus oropeles

y soltará las fieras mientras azuza

los nombres de los muertos

nuestros muertos


para que se indignen ellas que alimentan

la rabia entre sus zarpas, para que rompan

la fraudulenta mansedumbre de las jaulas


para que levanten las cabezas de gladiador

y rujan en su mundo sin mentiras:

el cielo es la pantalla que no cansa.



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Los cerebros como granadas explosivas

LUCÍA SÁNCHEZ SAORNIL


Para Rodrigo Córdoba, in memoriam



Cuidas lo que lees igual que preguntas

antes de abrir la puerta de tu casa


para distinguir pozo de espejismo

pones conciencia de zahorí en la mano

que expectante tiendes a la biblioteca


reclamas bisturí o venda

vas buscando bar o templo


demandas la verdad que te estremece

la mentira arruina cualquier cita


cuidas lo que lees porque en tu sudor

rastreas los aromas de los otros


cuidas lo que lees porque un libro es

el lugar de reunión de los dioses tuertos


donde la vida acaba con dos puntos:




Ana Pérez Cañamares

Seronda


La Garúa


 

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