CONVERSIÓN
Bajo el micelio del bosque
pululan poblaciones minúsculas.
Tuve que encender el motor,
quise salvar a los ciervos.
El viaje fue un misterio con la certeza
de que las víctimas eran individuos autóctonos.
El corazón del alguacil era de piedra,
la peña brilló con desesperación
frente a los animales muertos.
El carnicero vino a por las presas,
la sangre tiñó el verde.
En mi mente soplaba un viento helado.
Mi ángel de la guarda y yo salimos a caminar.
Aprendí a rezar después de la masacre.
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LÍNEA FERREA
En el territorio del hierro vivió la piel de un trayecto,
el sostén de los pasos. Los niños que corren por su arteria.
Toda una vida necesito para comprender
la razón de la caída.
Jamás supe qué sentido tiene nada.
Nunca ―ni mañana ni después― podré dejar de
caminar
con el vértigo que me propone cruzar cada día el
puente.
Teresa Ramos
Quise salvar a los ciervos
PLANETA CLANDESTINO # 259
Ediciones del 4 de agosto
 

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