viernes, 27 de junio de 2025

TRES POEMAS DE TRES INHALACIONES DE LUIS MIGUEL RABANAL






A la orilla de la noche

un cuerpo estrecha los

indicios. Podría ser tu

cuerpo aferrado a los

grilletes de mi cuerpo.

Un cuerpo que se eneja

recluido, como si con

la carencia de soltura

se estrenase en crispar

lo innecesario. Sin ser

su euforia perceptible,

ni su cuerpo inmune.



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A ANNA AJMÁTOVA LE DUELE EL (DEDO)

CORAZÓN


Llegue a visitar al poeta

exactamente al mediodía, un domingo.

A.A.


Advierte el maestro que el amor

no inhabilita las huellas que ha dejado otro amor

en el camino sin follaje del bosque de N.

Hubo aquí niñas que reían.


Y sin que nadie lo subsane, la pasión satura

la raíz que abraza y retrocede a medida

que ignoramos quién nos ha besado, quién

nos traiciona al despertar.

Hubo aquí niñas que fantaseaban

con podredumbre y diademas.


Al hijo que cada día extraño más

se le han secado las palabras.

El que todo lo ve con sus disfraces turbios

se cansa de abrir y cerrar las ventanas de la casa,

hubo aquí un orden y estorninos.


Y ese amor, la planta trepadora que apaga

los ojos del peñasco, nos invade

como el sueño del idiota, nos urge a construir

entre dos cuerpos una ciudadela excelente

provista de arroyos y patrones.

Hubo aquí niñas que lloraban.


Hacia ninguna parte, es nuestra razón.



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el amor se esconde la noche de luna

menguante nuestro cuerpo se niega a rogar

nos pide permiso para contar las horas

que se desbordan para volver a estar juntos

el amor que tarda en decirse,




Luis Miguel Rabanal

Tres inhalaciones


Amargord Ediciones


 

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