TODO EL AMOR DE MI MUNDO
recogido
en las salpicaduras de cemento
que con mis uñas
rascaba
de la espalda cansada
de mi padre
―――――――――――
YO SOY AHORA HIJA DE UN MIEDO HORIZONTAL
nada en mis manos
qué temblor
en mis rodillas
¿qué?
por mis pies enteros de
llaves
que no resuenan en sus bolsillos
mil veces retumba la palabra
en la estancia
ya
vacía
―――――――――――
NADIE PODRÍA
―ni sabría―
escuchar
el sonido
de esto que yo llamo
vaciedad
que no es más que
un tiempo de erosión
fricción
de los elementos contra la palabra
que se hace hueca
porosa
pero
tan sonora
tan habitada
como tu ausencia
Loida Ruiz
De cuya vida
Ediciones En Huida
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