RENCUENTROS
Golpea la puerta
el viento
como un tigre
paseando entre las flores
pero no lo veo
y no puedo saber su existe
o si es solo una fotografía
que adorna las paredes
de esta casa
un bonito agujero negro
desactivado.
Me hago a la idea
de que todo está sucediendo
siempre al mismo tiempo
pero mi atención recortada
se desprende de mi lugar
y de mi origen.
Casi no me doy cuenta
cuando elijo este presente de puertas
y ventiscas controladas
elijo las paredes como horizonte
elijo apartarme de los misterios naturales
elijo el resguardo de los significados fijos.
Pero nada es definitivo
y la intuición que no elijo
arrasa con todo
especialmente cuando
golpea el viento
la puerta
tan fuerte que parece
exigirme una palabra
un testimonio certero
de que afuera suceden
todo el tiempo cosas
y que basta con que sea capaz de nombrarlas
para recompensar mis percepciones
mutiladas.
Una vez expulsada
de la inconsistencia y la rutina
ya no sé cómo llegar a ninguna parte
ni por dónde empezar a creer
en la materia que todo este tiempo
ha sucedido ajena a mí
y a mis circunstancias mínimas
a mis quehaceres felices y ordinarios.
Llego al tigre desarmada
y nos miramos como dos viejos compañeros
que se habían olvidado
aunque solo fuera un momento.
Valeria Canelas
Escribir sobre el cemento
Ediciones Liliputienses
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