ESFINGES
Las piedras son la extrema luminosidad
del mundo. Son como los poemas que cambian el silencio en un lugar verdadero
donde el camino, entre caracolas, estrellitas de mar, sílabas de agua. Duran
como viajes, leyes secretas, lugares eternos.
Las memorias son planetas aislados en
el misterio de su música. Con ellas comparto la nitidez de sus corrientes de
alegría, dolor y rocío. Las esfinges secretan la noche de espuma. Y pienso en
los muertos que duermen con los labios marchitados, los cráneos cerrados y sus
cuerpos deshechos en la soledad de su red.
Con ellos me parto para los claros de
noviembre. No voy a escribir odas. Ni elegías, líneas rotas, ni versos llenos
de palabras quebradas, tristes. Respiro el silencio de las esfinges. Cuando los
martillos de la mañana suenan, te oigo en los caminos blancos.
Y las caracolas del tiempo se abren
como si fueran poemas, caballitos del mar o destellos de la luna.
María
do Sameiro Barroso
La
noche y las máscaras / A noite e as máscaras
Prólogo
de José Manuel de Vasconcelos
Poesía
Garvm
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