POESÍA
A veces,
escribo
palabras
sobre
la gran sed de mis ojos.
Otras,
son mis
dedos,
que van
corriendo por tu espalda.
Hay
veces que la luna se me cae
en el
café y la bebo
ardiente
en los porches de la calle.
Tengo libros
vacíos en la mente
dibujándose
en letras.
A veces
las líneas se emborronan
por los
lados y entonces
la vida
se parte y todo vuelve al comienzo.
Así,
en el
bálsamo de las palabras
recorro
las lindes del camino
pausando
con mis dedos los pétalos de las flores.
A
veces,
se me
queda algún verso
atascado
en las raíces de la vida.
Siento
y veo
tu lápiz de amapola enrojecida,
llena
de luz y de colores.
Algo
hay de bosque en ti.
Poesía,
que
envuelve mis afectos
y los
derrama.
Tus
brotes son mis manos
y las
hojas cayendo.
Eres
gratitud,
planicie
en las montañas.
A
veces,
rimas
con mis rayos,
a
veces,
eres la
ira liberada entre un plantel de ortigas.
Caída
de fresa silvestre
que
pinta con sus semillas el paraíso.
Eres
turista de aliento dulce y fruto encarnado.
Eres,
tú en
mí,
la vida
de las lágrimas cayendo en la cascada.
Eres la
corteza
que se
quiebra en la nieve pura,
aroma
de duende pintado de musgo,
el otoño
y el verano.
Poesía
eres abrirme
el pecho y beber tu alivio.
Continúa escribiendo con ese lápiz de amapola
enrojecida,
niña
hechicera
NATITXU ARBULO
Sonia
Andújar
Mantra
Ediciones
del 4 de agosto
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