Como
se lanzan una a una las piedras
al
borde de un lago, recorro
el mapa
de la vida.
No es
una tarea difícil, sino meticulosa
desarmar
y armar recorridos solo
para
entender los pasos dados.
De niña
diseccioné
un
escarabajo vivo en la playa.
Con una
piedra bisturí saqué sus alitas,
las
patas, por último sus cuernos. Apoyé sus partes
sobre
una roca plana, un plato servido a la mirada
perpleja
de quien quiere, necesita
entender
a costa de la oscuridad.
Hace
poco colgué un mapamundi
en el
cuarto de mi hijo, le dije bajito
importa
saber dónde están los lugares, qué hay
atrás
del océano. Las aguas bailan enmarañadas y seducen.
Quedate
un rato observando, pedí y atravesalas
con la
fuerza que se pueda.
Aquella
tarde, después de terminar mi disección
escuché
por un largo rato con los ojos cerrados
ese
ruido rastrillero que hacen las piedras y caracoles
cuando
la ola se aleja.
Melisa
Papillo
Paisajes
con agua en movimiento
Ediciones
Liliputienses
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