Hoy salió el sol.
El aire a veces tiene
una cualidad onírica
que me vuelve invisible,
me cambia
el tono existencial;
en tus palabras: vibro distinto.
Hasta que anochece temprano
y todo pesa,
todo vuelve a su ritmo normal.
Estoy tomando un vodka
que traje de Armenia.
Pensaba en mi felicidad etílica.
Me emborraché y vomité
por lo menos
en cuatro países postsoviéticos.
Soy un atado de porvenires.
En mi tumba quiero que diga:
conquistador de mundos.
Paula Giglio
La risa loca de los ángeles
Ediciones Liliputienses
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