todo lo que tengo
me cabe en las manos
me miro las manos
y están vacías
es más
me miro las manos
y no me las veo
―――――――――――
me gusta nadar de noche
en el mar proceloso
en mi bote de papel
me adentro unas millas
echo el ancla de luz
y me lanzo a la agitación
de las aguas
rumbo a la costa
siempre estoy
a punto de ahogarme
cuando apenas me quedan
unas brazadas
para alcanzar la orilla
pero me despierto
―――――――――――
para huir de mí
corro despavorido
en múltiples direcciones
pero cuando me creo a salvo
en un punto lo bastante lejano
allí estoy recibiéndome
con disgusto
con palabras de consuelo
o con indiferencia
todos mis enemigos interiores
me persiguen si tregua
y acaban dándome alcance
más pronto que tarde
solo si me quedo absolutamente quieto
para que les provoco algún desconcierto
Ferran Fernández
Teoría y práctica del funambulismo
Luces de Gálibo
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