lunes, 21 de julio de 2025

NOCHE ADENTRO NOCHE INSOMNE DOS POEMAS DE CATEDRAL DE LA NOCHE DE ÁNGEL GUINDA

 






NOCHE ADENTRO



Una chispa expandió su inmensidad,

tras despulparse se pobló el vacío.

Rodaron las esferas, los corpúsculos,

la tiniebla, el clangor.

Lejanía envolvente,

magnolio autista en llamas:

¡cuánto asombro la sombra del abismo!

Como río sin frenos,

como fantasma eréctil,

me arrastras

de no sé dónde: muy hondo,

a no sé dónde: muy lejos.

Trombón enloquecido, el cierzo explora

dando tumbos por los desfiladeros.

Una mueca de escarcha ensangrentada

restalla entre los hombros de los montes,

convierte mallos y árboles en cirios.

La paz es el abrazo entre el día y la noche.

Impávido resuena el bandeneón del mar.



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NOCHE INSOMNE



¿En dónde estoy si estoy siempre perdiéndome?

¿Qué persigue mi afán sin darle alcance?

La pérgola escupe lluvia y fuego

a través de una anémica neblina

que el vendaval arrolla sin conmiseración.

¿De qué serán presagio esas varices de agua

entrebordadas con telarañas de luz?

El perro pastor ata su mirada

cuando suena en los valles la esquila de una pena.

¿Qué pensarán las cumbres de las brujas montañas

tan canosas de nieves y hielos requedados?

¡Están frías las piedras; mis ojos tantean,

detrás del infinito, lo lejano alcanzable!

¿Quién atiza los arcos de la magia y del pánico?

¿Quién lanza tempestades de aire sobre el mar?

¿Quién zarandea el bosque mientras danzan los árboles

y los nidos se inclinan con fervoroso luto?

El torrente desliza murmullos de colores

tachados por las manos enrumbadas del sueño.

¿Quién expira escondido entre los matorrales?

Los pájaros descansan y, encogidas, las rocas

esperan a que el sol rebulla en sus incendios,

ocupen los gusanos las tierras requemadas

y aparten los insectos el velo de las flores.

Todo flota en silencio, alertagado, ¿o reza?




Ángel Guinda

Catedral de la Noche


Epílogo de Manuele Masini


Olifante Ediciones de Poesía


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