ESTELA
DE GUERRERO
Tú que
pasas detente
haz
un alto
en el camino.
Ven a
ver cómo tiemblan
la
pizarra y el cuarzo. Caí
junto a
mi escudo. Con mi lanza
persigo
la
secreta raíz. Encima
de este
carro
me
pierdo por los bordes de la tierra.
Espejo yelmo
escudo
espada y
carro y lanza me protegen
de la
melancolía.
En este
espejo
veo
a un
hombre como yo
―el filo
de una
hoja
la uña
de una
noche
nos
separan―.
No hay
tumba más profunda que el propio
corazón.
Oye
lo que
te canto
coge
lo que
te ofrezco
vuelve
a emprender
tu
marcha.
Ada
Salas
Arqueologías
Editorial
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