cada
vez cuesta más curarse
cicatrizar
más allá de piel y carne
y
olvidar los agravios que nos redibujan a salto de mata
sin
orden y sin nombre
como si
este otoño de rojos y verdes
de
pecho hojarasca y vientre aullante
fuera
un juego sin reglas
quizá a
ciegas
reconociéndonos
tan sólo
en el
fugaz encuentro de nuestras yemas
a veces
creo que me buscas
oculto
para no encontrarte y que nuestros caminos no converjan
aunque
se crucen
aunque
consiga el deseo guiarnos hasta una realidad distinta a
[la que
queremos
ocupados
siempre en lograr ganancias temporales y fútiles
que no
cunden pero pesan
cual
estulticia aceptada sin rechistar
a la
sombra de nuestras inseguridades
es tan
sólo una cuestión de perspectiva
de
moverse en el vacío que no entiende ni de pesos ni de
[impulsos
ni de
bocas sordas articulando vocablos más allá de otras
[fronteras
ancladas
aún con más fuerza al origen de este avance pírrico
a saber
que no volveremos
a elevarnos y nos detendremos cada
[pocos
pasos
a
recoger
tercos
los
cantos rodados caídos de nuestros bolsillos
mientras
seguimos ojos al raso
fingiendo
no ver las sendas que se abren entre la maleza
Izaskun
Gracia Quintana
Soliloguio
soterrado
Libros
de la resistencia
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