sábado, 30 de julio de 2022

ALBERO Y DOS POEMAS MÁS DE ACTO DE ANDRÉS IZU

 

 

 

 

Albero

 

 

 

He asistido a la burla

a la puesta del capirote

a peinar las orejas del burro

a comer de vuestra inquina

el almuerzo traspiés/colleja

me fui yendo de la bravía

de mugir hay hartura

llevo testuz/lomo

pespunte/embiste/embuste

cerca de las costillas

en el cielo umbilical

sobre la bóveda del paladar

un ruejo junto a la campana

una flor de baba se me nace por los anillos de la tráquea

escápula aleteo

zarandea clavícula

serrín en los alvéolos

plomo en las rótulas

perlas de sal

lanzas de hiel

pus crece

nervios que se cruzan

nudillos con ojos de hueso

a borbotones

entre espasmos

zurciendo las legañas

presionando las córneas con las palmas

bailando la nuca

cogiendo aire por capítulos.

 

 

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Lindes

 

 

 

Encontrar linde

volver a arar

encontrar nido

náceme un árbol

respirar

escuchar

sobrellevar

esta torpeza

en que resido.

 

 

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Acto sacramental

 

 

 

Retomar el sílex

salir tras la esquirla

buscar la tumba de una lengua

profanar el rito

pintar de negro todas las estatuas.

 

No recordar senda

tragar aire

bailar la armonía de la caída

retroceder el horizonte

salir de la piel

bajar

por

la

escalera

del grito.

 

Almacenar

tedio

costura

callar

callar

volver a creer en la paz de la palabra

tender un hilo

establecer un vínculo

deshacer las tripas del pan

dejar señales

por el agua

por la tierra.

 

Vencer el peso de la circunstancia

dibujar un refugio

levantar una piedra

comerse una hormiga

compadecer la crueldad que nos nombra

cerrar la escafandra

tragar todas las llaves

sumergirse donde no hay memoria.

 

 

 

Andrés Izu

Acto

 

Con evocaciones de David Torrico y Elena Campos Cea

 

La Imprenta


viernes, 29 de julio de 2022

A SOPHIA DE MELLO UN POEMA DE FUSIÓN DE INMA BIURRUM

 

 

 

 

Fados, saudades.

A la orilla del Tajo,

cerca tus ojos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

A SOPHIA DE MELLO

 

 

 

Tú reconoces tu palabra alada,

impersonal.

Yo distingo tu voz en mis poemas.

Y quedas sola ante el silencio.

Nadie sostiene tu hombro,

nadie roza tu mano.

Sin embargo, yo te amo en tus poemas

en este octubre que se intuye triste,

en este otoño en el que los encuentros

se demoran, se anhelan más que nunca.

Suenan tímidas las notas del piano

en este paso lento de mis días.

Y en la noche callada, cuando el silencio se oye,

voy al encuentro de tus versos,

y me acerco a Antinoo, heredero de los Dioses

y en esta noche visito contigo

el tempo de Atenea

 

y se vuelve fértil mi noche,

como tus versos, Sophía de Mello.

 

 

 

Inma Biurrum

Fusión

 

Pamiela Argitaletxea


jueves, 28 de julio de 2022

COROLARIO UN POEMA DE LA MUJER CÍCLICA SEGUIDO DE SPACULUM DE LAIA LOPEZ MANRIQUE

 

 

 

 

COROLARIO

 

para Alba

 

 

hemos visto a las palomas morir en el patio

hemos visto la sangre

real y figurada

correr junto a los muros

 

te miro

tenemos miedo

el mundo es este extraño

revestimiento

culpable

 

¿por qué estás sola? dices

¿es que no supiste imponer

tu mano

tu pequeña mano larvada

sobre las palabras?

 

si hubieras sabido que la poesía era ese dolor

de querer atravesar todas las formas

con la forma

no con el aire

sino con la forma

ese cincel

esa fría incontenible

violencia

 

 

 

Laia López Manrique

la mujer cíclica seguido de speculum

 

Epílogo de Mercedes Roffé

 

La Garúa


miércoles, 27 de julio de 2022

SESENTA Y UNO DESDE EL SESENTA Y UNO

 

 

 

 

SESENTA Y UNO DESDE EL SESENTA Y UNO

 

 

 

Han pasado sesenta y un años desde mil novecientos sesenta y uno. Y, a veces, sigo llevando calzado blanco. Aunque ahora sé que el manchado se va a ver antes. Algo de eso tiene la vida: ensuciarnos los zapatos, ensuciarnos la mirada, ensuciarnos la palabra, ensuciarnos las manos y los oídos. Pero siempre procurar, que tras la pisada, la caricia, la imagen y su relato, dejarlo todo algo más limpio. De eso va vivir: tomar y dejar, tomar con moderación, ser espléndidos con lo que dejamos.

 

El de la foto soy mi yo más punk. No es gran cosa, pero vamos en la mejora.


martes, 26 de julio de 2022

VOCES DEL EXTREMO. POESÍA Y ALEGRÍA

 



Mañana, 27 de julio, comienzan las Voces del Extremo en Moguer. Poesía y alegría es el lema que reúne a poetas y no poetas a la mano ancha de Antonio Orihuela. Disfrutad de la poesía, disfrutad de la alegría.









lunes, 25 de julio de 2022

HILO UN POEMA DE LO QUE SE PUDO VER DE ANAÏS ABREU D'ARGENCE

 


 

 

 

hilo

 

regina josé Galindo, 2012

 

cuando te encuentres un costal

bolsa de color negro en el suelo

tendrás que pensar en las niñas

tendrás que pensar en el peso de sus cuerpos

comparado con estas cebollas

que se desbordan

 

comparando con estas cebollas que se desbordan

la búsqueda

el vientre de unas madres contraído por instinto

algo así con desparir     sería—

pero todas las raíces se escarban sin importar las manos

habrá tiempo para mirar lo que les falta sostener

para sanar     dicen—

 

todas las raíces se escarban

y aunque regalaban palas en algunas esquinas

en algunos pueblos

había más manos que                           palas

para arrancarle a la tierra

sus angustias como capas

 

todas las raíces

todas las angustias            se escarban

hasta encontrar el primer hilo del costal

o lo que algunos dicen fe

y otros fe absurda ante algo imposible

 

sostenerse / ya para ese entonces

las madres han sido partidas por la mitad

con las palabras: la hemos encontrado

 

comparado con estas cebollas que se desbordan

ahí estaba la marca de nacimiento

el lunar

la cicatriz / el nombre o a veces nada de eso

a veces sólo encuentran cabellos y siguen

entrando a la tierra una y otra vez para encontrarse

todo aquello que al final pudiera ser cierto.

 

 

 

Anaïs Abreu D’Argence

Lo que se pudo ver

 

Ediciones Liliputienses


sábado, 23 de julio de 2022

PARROQUIANA Y DOS POEMAS MAS DE LARA LÓPEZ EN ANTOLOGÍA DE BOLSILLO

 

 

 

 

Parroquiana (a Lidia Jorge)

 

 

Has regresado a Boliqueime.

Tres días y todavía no

se ha desvanecido

la sorpresa de encontrarnos

inesperadamente en aquella plaza,

leo en tu mail. Todavía

sientes la alegría repentina,

la emoción, escribes,

con tu letra escolar en el teclado.

Traduzco o teu lenço vermelho

y me parece oler a trementina.

Vuelvo a abrir los sobres

con reproducciones de Velázquez

y el Greco que solía pegar

en aquellas cartulinas blancas.

Y recuerdo los óleos de G. amontonados

en aquellos talleres inacabables

entre Morata y Chinchón.

Tengo la imagen de tu rostro

(yo también la tuya)

sentada entre esos árboles

y pienso que no sé si te gustó

el pañuelo rojo que no te vi puesto.

¡Tu imagen y la de tu hermano,

escribes, tan joven,

con una sonrisa tan abierta!

En el Algarve, la trama del lino arrugado

sobre la cama. Es verano.

Oigo chicharras y perros

y voces adolescentes que rebotan

a las afueras. Olas desacompasadas,

para recibirte, amiga,

esta noche sin luna.

 

 

 

Tiempo circular (A Esther Muntañola)

 

 

Deja que te coja el brazo, de este lado está bien.

Así puedo ver tu nariz haciendo sombra

a los tilos del paseo. Ya sé que lo estás.

La tristeza es como meter los pies en el agua.

A poco que te descuides, te congelas.

No hay que dejarse la rebeca en casa.

Mira el suelo, la flor de la catalpa.

El viento de estos días, qué primavera rara,

tan lluviosa que parece primavera. Riéte anda,

como si fuera cierto que es ahí donde se quedan

para siempre los ratos muertos. ¿Hace frío?

Un corazón roto, sirve, sin embargo, ¡duran

mucho!

La obsolescencia debe de ser cosa de órganos

más sofisticados. Me sudan las manos.

Lo siento. ¿Te suelto? ¿Llegamos hasta el cruce

y nos volvemos? Aquel verano, una luz

como esta,

el soplo de la brisa oliendo, como ahora,

a espliego y manzanilla, camino a la iglesia.

Sentarnos bajo los castaños para no hablar

de nada.

No te vayas, te digo. Deja que me hagan a la idea

de no volver a verte en un buen tiempo.

 

 

 

Cantueso (a Luz Pichel)

 

 

Trenzo cantueso y romero en flor

unas espigas verdes, esta rama de olivo

y esta otra de laurel que no quemó

la nevada (la higuera y el pruno,

tan fuertes por fuera, no lo han logrado).

El año que viene por estas fechas,

sentadas en el escaño, a la lumbre,

el ramo será ceniza y buscaré canciones

que serán humo tu siguiente

cumpleaños.

 

 

 

Lara López

Antología de bolsillo

 

Ediciones Liliputienses