LA ALEGRÍA
Bienvenida
a la textura del barro
en su
materia esconde el prodigio del mundo
el
fulgor de la alegría
(tuya
es la tierra de los que ríen).
Gracias
raíz
sonido sutileza
leve
volar de mirlo.
Gracias
hogar
tronco vicisitudes
blusa
anudada a la espera
aquel
viejo runrún sobre el hambre
(la
abundancia).
Gracias
enigma
páramo estremecimiento
hilo
que sostiene el hálito
su voz
la melodía.
Gracias
hija
providencia
hija
des-aprender
el dulce porvenir.
Dice:
es tiempo para escuchar.
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LA VIDA
Respiraré
por ti.
Atraparé
todo el aire de este y otros mundos
que voy
a inventar
para
que caminemos juntas.
Inventaré
una galaxia
para
que llegues a lo alto
y
extiendas tu mirada por encima de los dioses.
Respiraré
por ti.
Seré
tus ojos y en ellos
guardaré
el mar
(con
las manos de mi padre conteniendo la espuma
y todos
los moluscos que se aferran a la roca).
Inventaré
un mundo acuático para que flotes y te sumerjas
serás
el pez más veloz.
Respiraré
por ti.
Multiplicaré
mis alvéolos
y miles
de luciérnagas y estrellas y la luz
entrarán
por tu piel como caballos que vuelan
libres
e iluminados.
Un amor
limpísimo disolverá la enfermedad.
Respiraré
por ti.
Seré tu
lengua
con
todas las palabras que existen y otras
babel
entre tus dientes
la
historia que contaremos a tus hijas.
Respiraré
por ti
hasta
que ya no quede savia en este cuerpo
entonces
inventaré
otra vida para seguir respirando.
María
García Zambrano
La hija
El
sastre de Apollinaire
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