en la
impronta acento azul zorzal está la flecha
una
vertiente hacia la espuma del follaje adonde
los
rostros transmutan su desliz al claroscuro
algunos
animales no se ven esparcen al estallar sus
cuerpos
contra el impacto mismo de cualquier pacto
a su
vez eclosiona la danza sucesiva que imantamos
especie
de instantánea entrada a la voz
despiértate
tal como estás desnuda perdida cabeza
reencontrada
sin embargo entre los hiatos suspiras
humo
atraviesa muros con la oreja parada
se
entretiene con nuestra algarabía de futuros
intransigente
brisa que nadie lee salvo el ausente
por
estas regiones pasa la hebra
al
atravesar al propio arquero que se dobla
caña en
flor va la voz donde desvía el envío
¿acento
hasta que la muerte lo propague?
¿mansión
de lluvias bien adentro de la selva?
¿desprendimiento
espiralado de las caras?
algunos
animales se miran sin saberse no vistos
se esconden
como chicos detrás de un papelito
de
mariposa quizá reina extranjera y sin linaje
eclosiona
la danza sucesiva que imantamos
especie
intercambiable con la voz
retuerce
aúlla bien adentro de la selva
para el
corazón flotante prisión de alegorías
tallar
es tan lento como escuchar
hablar
por alegría por orfandad del que se fue
¿planto
en la saciada costumbre bien adentro
del
jardín de máscaras atisbándose a sí mismas
entre
las rejas y llaveros que se afilan?
eclosiona
la danza desasida y la inhalamos
absorbe
por observar silencio hasta cundir
invertebrada
de tanto ya no ser atrapada
creyendo
estar en sí y no estar en nada
ninguna
parte allegada y todas las danzas
parten
y ya es la panza de la selva
adentro
nadie lee estos flotantes renglones
por
donde oyendo las ondas por dar batalla
la mano
del callador sobre la roca redonda
Reynaldo
Jiménez
Antemano
Amargord
ediciones
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