a dafne sola
sabed que no se apiada el bosque
de la textura de una voz
ni echa el hombre más raíces
que las del miedo
y no hay elemento en la naturaleza
que traiciona su ser
para apiadarse en la noche de un grito
o para que brote de la tierra vida
si no hay simiente
sabed que en los altares de los dioses
que pueblan las afueras
se sacrifican vírgenes en nombre del
amor
y la ignominia cuaja
y las flores se pudren
antes de nacer
porque los dioses ya no oyen
y estad seguros de que hoy
ninguno de ellos abandonaría
su partida de póker sobre la mesa
para salvar a una ninfa
en el extrarradio
Gema Estudillo
Ediciones Tigres de Papel
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