J.
La
cucaracha, la cucaracha es una hermosa sirena.
Tengo
faldones, plutonio, la pluma perfecta. Una corona (lejía), un
vehículo atestado de
pájaros,
las medias rotas por correr alto.
Tengo
tus dientes (saco) no tengo ojos (sal), no tengo tiempo, por ser del
tiempo lo pierdo.
Arrojo
arrugo ¿arrugas? No tengo ojos.
— — — — — — — —
El
primer hombre que hizo un huerto, esclavizó a la humanidad.
— — — — — — — —
a.b.c....
Insolente,
cabeza de perro, insolente. Me muero por chuparte el pelo. Saca
sondas del suelo, estallido color manzana muerta en la nevera.
Hechizo equivocado con careta. Agua sostenida formando globos
oculares en medio de la sala. Sal de mí. Vete. Sal de mí. Déjame a
solas con mi descontento colorado. Aterriza en otra espalda. Vete.
Aterriza sujetando un sapo.
Se hizo
tan pronto de día que no pude pintarte un mensaje de amor. Pensaba
tanto en pensar que pensé que tu pensabas en lo que yo pensaba o en
lo que tu ibas a pensar cuando yo pensara otra cosa diferente. Pasta.
Cama cuna infancia, mi canela muerta. ¡Joder! Joder es una palabra
estúpida, adolescente. Ahora siento algo azul.
Patricia
Fernández
perra
tumba
Poemas
(in) surgentes / Editorial La Vorágine
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