Banja
Luka
Y de las
gentes, quienes dicen:
Trencé
coronas de mirto en la región de Banja Luka
mientras
crecía en secreto
levanté
la azalá* y
disparé a la muerte con mi palabra.
Amenazó
el relámpago con cegar mis ojos
y
cuantas veces fulgió salí a su encuentro.
Pero
entonces Satanás nos hizo resbalar
por ver
si nos encaminábamos.
Fue —lo
recuerdo bien— en Banja Luka
Luego,
llegó la sed
Y Él
marcó la piedra con su vara.
Florecieron
los cardos y nuestra lengua
se
convirtió en una navaja oxidada
No sé
qué más decir salvo, quizá, que estábamos solos,
la noche
es una coraza pánica y escondidos entre las buganvillas
los
supervivientes seguimos soñando con Banja Luka
pues
creemos, firmemente creemos, que a su tiempo
con las
mejillas incendiadas, los malditos caerán por la espalda
y
nosotros, no lo olvides, estaremos ahí para verlo.
*Azalá:
oración o súplica en la religión musulmana
Pilar
Salamanca
Ayer, no
te vi en Sarajevo
Poemas
(in) surgentes
La
Vorágine
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