El
día que mataron a John Lennon
El día
que mataron a John Lennon
mi madre
me dio para merendar
pan con
aceite y chocolate.
Aquel
día hacía mucho frío.
En la
calle los niños jugábamos
un
partido de fútbol
con una
pelota amarilla
de
plástico barato.
Aquella
tarde dos de mis mejores amigos
se
dieron unos cuantos puñetazos.
Uno de
ellos sangró por la nariz.
Los
niños de mi calle éramos muy violentos.
Todo lo
arreglábamos a piñazos.
Cuando
oscureció entré en mi casa
y me
puse a hacer los deberes.
Después
leí un tebeo de Mortadelo y Filemón.
En el
telediario de las nueve
dieron
la noticia de la muerte de John Lennon.
Hablaron
de Yoko Ono, del edificio Dakota,
de la
ciudad de Nueva York, de los Beatles,
de una
pistola de 38mm,
de cinco
disparos mortales a quemarropa.
También
hablaron de un libro llamado
El
guardián entre el centeno
un libro
que era ―no sé si seguirá
siéndolo―
la
novela preferida del asesino de Lennon.
Es un
libro sobre el fin
de la
inocencia y todo eso.
Creo que
es un buen libro
para
leer en navidad.
En 1980
Nueva York quedaba muy lejos de Aguilar.
La
muerte de John Lennon me resultaba
completamente
ajena.
El día
que mataron a John Lennon
me comí
un trozo de pan con aceite y chocolate
que me
había preparado mi madre
y fui
feliz jugando con la pelota
en la
calle con mis amigos
a pesar
del frío y de la sangre en la nariz
del
amigo que perdió la pelea.
Fui
feliz como sólo lo son los niños
que
juegan en la calle,
sin
conciencia de ello.
Bendita
alegría de los diez años.
Aunque
aquel día mataran a John Lennon.
El día
que mataron a John Lennon
yo era
un gato salvaje.
Rafael
Calero Palma
Ni
Cobardes ni Caníbales
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