jueves, 5 de abril de 2018

CARNE DE TORO (BADAJOZ, 1936) UN POEMA DE VIVIANA PALETTA




Carne de toro
(Badajoz, 1936)


«Acabo de presenciar un espectáculo de desolación
y de espanto que no se apagará en mis ojos.»
MARIO NEVES, corresponsal del Diario de Lisboa



Blancuzca de alborada y palidez
amanece la última mañana
en las cañadas de la tierra.

No preguntes quiénes son
ni qué tinta negra
les atropella las entrañas.

Abanicando el capote
los empujan
los encajonan
los traen a la plaza
cuya arena
sin querencia
van a teñir.
No hay alamares ni caireles.

Apelotonados
aguardan debajo de las gradas
resoplan, rezan, se desviven.

Ojalá
se amasaran
en una sola figura de fauno
en un caballo que los guarde a todos
en un minotauro justiciero.

La claridad anémica
de la mañana
se cuela por las aspilleras.
No abriga. Acontece.
como un rastrojo de frío
arañando la espalda.

Pero los cuerpos no se funden.
Son parvas trémulas
de carne.

Un cabo
pistola en mano
cuenta... dieciocho,
diecinueve, veinte
y los saca al ruedo.

Desde las contrabarreras
del toril
las ametralladoras
los avistan
se preparan.

De veinte en veinte
como a reses
los jalean, los apuntillan.

La camisa blanca,
la mirada cierta
ofuscan a las huestes
que en su pasmo
clavan
al primer aviso
las balas
como estoques.

Se apaciguan
esas candelas
sobre su sangre anegada.
Las envuelve
la atronadora
serenata del aire
desde el sombrío aforo
que pide muerte
y muerte.

Arrastrarán los carreteros
un mudo jaleo de cuerpos
por la calle encendida y tiesa.
Luego
se lo tragarán
los hoyos famélicos
junto al cementerio
en el espeso trajín
de la tarde sin siesta.

El equinoccio
cuajará
sin tocar
esas majadas,
esos hombres que no se evaporan
de los surcos de la tierra.

Tienen el pueblo a su suerte.
Le dejarán la estocada,
la osamenta deshecha,
el aire que respirar
crispado por la pólvora.


Viviana Paletta
Las naciones hechizadas
Colección once
Amargord Ediciones



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