«reír como el mar ríe, el viento ríe,
sin que la risa suene a vidrios rotos»
Octavio Paz
Postal cariñosa
Me asomo a la baranda
y desde allí
con un sol tan benévolo que parece una
tregua,
veo cómo pasean los hombres y mujeres,
veo cómo se besan,
se cogen de la mano
y juegan con sus hijos en la arena,
les enseñan los colores del mar,
el olor que remolcan las olas
y, por un instante,
todo parece tan sencillo...
Como si vivir tan sólo consistiese
en amar y enseñarnos
lo hermoso que puede ser el mundo.
Tanto cable pelado tentándome los sesos
Se ciernen,
y qué puede hacer la madre,
qué puede hacer la hija,
qué puede hacer la novia.
Se ciernen,
amargan todas las almendras,
asolan con el peso bruto,
brutal.
El recorrido de una
dos
tres
flores secas, repentinamente secas,
regadas por un agosto negro,
inadecuado,
que enceguece,
deja
únicamente
la carcasa
vacía,
vaciada,
vacua.
Y
tanto cable pelado tentándome los sesos.
Encías mondas
Un día nos pararemos a pensar qué fue de
nuestro sueño
y la tristeza nos molerá de frío
como si nuestras venas albergaran el
viento.
Nos sentaremos abatidos y pasarán las
horas.
Las encías se quedarán entonces de su
desdentamiento,
ya no habrá nada que podamos morder.
Inma Luna – Cosas extrañas que sin
embargo ocurren
Ilustra Angelino Carracedo
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