domingo, 24 de julio de 2016

LOS QUE ESPERAN


Mujeres y niños en las minas de Bizkaia. 1890. Archivo Museo de la Minería del País Vasco



«Los que esperan que lleguen las condiciones objetivas de la revolución esperarán por siempre.»

Rosa Luxemburgo

 

Contra el dueño de la mina el bisabuelo barrena

el agujero preciso para el cartucho de dinamita,

el que arrancará el brazo al hijo Julián,

el que dará los réditos futuros de los premios nobel,

el que engordará la cuenta mercenaria de Vargas Llosa.

 

Antes contra el dueño de la tierra que expulsa

al padre sin nombre, contra el guardia civil que escupe

a la puerta de la taberna de donde marcha sin pagar,

antes contra el cura que golpea con el cinto a las niñas

que juegan porque es viernes y el silencio es obligatorio

y así aprenderlo cuando habla el hombre,

habla el patrón,

habla el dolor.

 

Contra el dueño del taller de las máquinas el abuelo

forja las anclas del miedo, los viajes tristes en los barcos

a América, la última carta del hermano lejos,

la fiesta obligada para aplaudir al dictador que entra

en la oscura ciudad de humo y niebla mar,

contra el dueño,

contra el capataz,

contra el hombre que aún

no es persona.

 

 

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