Martes, 14 de noviembre de 2017
Cierro los ojos y veo llover en Blangladesh.
Llover es un verbo parecido a caminar.
Abro los ojos y veo expulsar el humo a una joven,
como tú, en las escaleras del metro.
No parecéis distintas y estoy segura de que,
en este momento, tú también estarías fumando.
Seguro que estarías fumando descalza.
Cierro los ojos y veo
mujeres oscuras contemplando el mar de Bengala,
los labios de una joven que fuma maría,
tus pies lloviendo descalzos por las calles de Madrid.
Llego a casa.
Busco algo que pueda disipar tu ausencia y lo encuentro.
Una caja llena de zapatos azules.
Esto es lo único que queda de ti. Lo mismo
que entiendo por abandono.
Begoña M. Rueda
Todo lo que te perdiste por meterte a monja
Difácil
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