Las
pescaderas
remueven
el hielo
hablan
con el cliente y piensan
en sus
cosas, algunas
con los
pezones duros bajo
el
milagro de sus puntillas
de
noche aman sus carnes
tiran
las cabezas al suelo
descaman
la piel
con
encías inocentes
asoman
sus uñas rojas cuando
destripan
al pez y
le
cambian el nombre
el
poema se les parece
Esther
Zarraluki
Cobalto
Colección
Genealogías
Ediciones Tigres de Papel
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