domingo, 6 de diciembre de 2020

DOS POEMAS DE LA NIEVE CUBRIENDO EL PATIO DE IMANOL BUENO BERNAOLA

 

 

 

 

UN DÍA CUALQUIERA

 

 

 

En esto, un día cualquiera,

me pregunto qué me empuja

a la zozobra,

qué sinrazón homicida

me aleja del limbo

para instalarme,

como una bestia herida de sombras

en la calle vacía

de la locura y su infinito.

 

A veces,

cuando arrecian los versos inodoros,

pienso que es posible

transgredir los almanaques,

saltar de la herrumbre

a la nave de Fausto

para devorar los madrigales

que compuse furtivo y ebrio.

 

Cuando camino a dentelladas,

apenas puedo transferirme

al pulso de la galera,

por más que mis manos

obren milagros de lluvia

sorda y peregrina.

Demasiado tarde

para salir

de mí hacia mí

en este tiempo que acerca vértigo

Demasiado tarde

si ya desprende ceniza el miedo.

 

 

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ÓPALO

 

 

 

Aquella noche

la pasé escribiendo llagas

estallado de vasos

y volutas de humo.

 

Por si quieres saberlo

la luna lucía sangrada,

que es como decir

que tras los cristales

llegaba un frío cotidiano

que se posaba

en todas las ramas.

 

No había jaulas

que taparan el silencio y los nudos,

no había delirio ni zozobra, pero se reconocía

una vigilia entreabierta

de canción adversa

que espera el día.

 

 

 

Imanol Bueno Bernaola

La nieve cubriendo el patio

 

Valparaíso ediciones


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