ESTO QUE
NO ES UN POEMA
Hay
algunas palabras para las que no sirve la palabra, cosas que no han
de ser dichas con la piel de los dedos al aire como una flor bajo un
sol enfurecido. Allí donde no llega la poesía porque se antepone la
lengua, como un batallón de niños enfrentado a lo que más teme.
Sus armas, la inocencia del que nombra lo que ve por vez primera para
llamarlo hacia su causa. Ven a mí, mi mundo. ¿Qué palabras?
Guerra, esclavo, dictadura... Terrores nocturnos que paree ser que
ocurren al otro lado del apacible sueño de los mansos, quién le iba
a decir a Pedro que lo echarían mañana de su casa, quién
adelantaría la muerte de Maruja en una cama de hospital a la que no
llegaron a tiempo los cuidados de Jorge, que estaba por entonces
cerrando la grieta doliente que abrió en la frente de Marcos el
estólido garrote de Fernando, que no llega a fin de mes porque
mantiene el seguro privado de sus tres hijos y a cada manifestación,
mientras golpea, se repite como un salmo el listado de vacunas.
Guerra, esclavo, dictadura... engorda la lista a medida que abrimos
los ojos despertando de una siesta narcótica que el tiempo se
esforzó por hilvanar despacio y a conciencia. Todo lo que sucede,
sucede lejos y en un siglo de hojas sepias. En otro tiempo hubo el
hambre y ahora Mercedes le ofrece a su familia el enésimo plato de
arroz blanco, el agua del grifo. En un lugar lejano; a dos trasbordos
de metro, los inmigrantes cumplen condena de pecado original: son de
lejos, de extramuros, vienen a hacer nuestra su desdicha. Quién sabe
si Laura no será encerrada por lo mismo al norte de nuestro norte,
donde se está yendo ahora a ensanchar el estrecho pasillo de sus
pasos futuros. Todos somos de lejos en algún sitio, de muy lejos, de
donde las tragedias vienen a incordiar el sueño de los mansos. Como
un pelotón de niños con la piel pétalo de flor bajo un sol
enfurecido, enfrentados a mirar lo que más temen, valientes manos
despertando a los dormidos. La palabra es de otro tiempo. La miseria
es hoy, y la batalla.
Natalia
Castro Picón
La misma
piedra
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