Sin
un lenguaje comprometido, ¿cómo se compromete el ser humano?
Sin
la práctica del compromiso, entendido como compartir, acompañar,
construir juntas, ¿cómo se hace la poesía, si la poesía es
compromiso? Compromiso con el lenguaje y con el mundo, si la poesía
es acompañar, compartir el pan y la palabra, ¿qué es la poesía
sino la construcción de un lugar para las preguntas, un lugar para
los y las compañeros, compañeras, puedan hacerlas o no respuestas y
resistencia.
Ahí
está Ibon, ahí le podemos encontrar, en el compromiso, en tomando
las palabras de Alberto García-Teresa, “en
la encrucijada de querer manifestar la verdad de una forma
antidogmática, antiautoritaria y buscando la participación del
lector”
En
esa verdad está Ibon, la verdad del sufrimiento y del dolor, la
verdad de la alegría y la celebración de la vida en común.
No hay comentarios:
Publicar un comentario