viernes, 29 de noviembre de 2013

LA NOCHE QUE PABLO MÜLLER LLEGÓ A BILBAO

 
Noche, Bilbao, 13 de noviembre de 2013 por Pablo Müller

 

Fue difícil entrar en la ciudad de Bilbao.

La noche que Pablo Müller llegó sus puertas estaban cerradas y el portero no hablaba su idioma. Pablo Müller durmió junto al muro, protegido por una manta que le proporcionó aquel hombre. Llamativamente entendió que Pablo Müller tenía frío, pero no que quería entrar.
Al amanecer ambos ya conocían el mismo idioma y Pablo Müller le pidió permiso. El portero jamás negaba el paso a nadie: estaba allí para recordar a los que marchaban que siempre podían volver.

 

Siempre quise nacer en Bilbao.

Pablo Müller nació en Split, en una casa pequeña, en una calle estrecha junto al puerto, pero no hay evidencias de que fuera así. Tampoco de que viviera en Barcelona, o Buenos Aires. No hay memoria de ello, y sin memoria que le reclame lealtades, Pablo Müller pudo nacer en Bilbao años después.

 

Todos nacimos en Bilbao.

La primera vez que Pablo Müller respondió Bilbao, a la pregunta de dónde nació usted, fue frente a un mostrador de una línea aérea en el aeropuerto de Iguazú, Argentina. La rubia azafata de piel transparente y apellido Baum sonrió al escucharlo. Yo también nací ahí, pero nunca he estado, ¿es bonito? No, dijo Pablo Müller, es limpio.

 

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