Trasera de una librería en Urueña, en agosto de 2011 por Pablo Müller |
Esta no es otra jodida lista de los mejores libros, porque es mi jodida lista de los mejores libros.
Si fuera un editor, un crítico o cualquier otro con intereses en el negocio de
la lectura sí sería esto que sigue otra jodida lista, pero no es el caso.
Todos y cada uno de los libros que leí el
año 2011 tienen todo mi respeto y admiración, son obras honestas, hermosas,
comprometidas, a veces, o frescas, arriesgadas y solemnes. Si unas me han
gustado más que otras se debe a ese extraño, y para mi inexplicable, proceso
por el que una novela o unos poemas conectan con mis gustos y otros no. Cuando
no, la mayor parte de las veces y llegados a estas alturas de la historia, se
debe más a mis fracasos como lector, que al autor. Porque los lectores también
fracasamos.
Empecé el año leyendo a La piel del zorro de Herta Müller, una obra con una atmósfera
poderosa y unos personajes sobreviviendo en el ambiente opresivo de la Rumania
del siglo pasado.
La estimulante antología La manera de recogerse el pelo. Generación Blogger, con doce mujeres poetas que me
revolvieron el lugar de la poesía y su significado.
Dulce Chacón y Cuatro gotas, su
poesía completa: elegante, hermosa y descarnada.
Todo es silencio de Manuel Rivas, una novela sobre el
contrabando y la violencia con una playa cubierta de naranjas, el amor y el
destino del genial escritor gallego.
Blanco nocturno de Ricardo Piglia, empieza
como una novela negra para crecerse fuera del género.
Black, black, black de Marta Sanz, con un detective singular
para una trama especial y una novela deslumbrante.
Inquietante y desasosegador el libro de
poemas Espejos de las fugaces de Joumana Haddad.
La niebla, tres veces de Menchu
Gutierrez. Excelente.
Las ciegas hormigas de Ramiro Pinilla
la leí hace muchos años y la relectura me ha permitido comprobar la grandeza de
la escritura de Ramiro y su mirada bondadosa y triste a los desheredados.
Los hombres intermitentes de
Francisco Javier Irazoki un libro de verso en prosa o de prosas en verso
enternecedor y sugerente.
Solaris de Stanislaw Lem es una
novela que desde la ciencia ficción propone preguntas sobre los humanos y su
incapacidad para aceptar otros mundos.
Un momento de descanso de Antonio
Orejudo, es salvaje y radical y es una novela sobre el poder.
En Desandar lo andado Jorge Riechmann escribe para indagar en
un mundo que, sospecho, no le gusta, pero que lo anhela mejor.
En Lo demás es silencio Piedad
Bonnett convive con su miedo y su dolor y de esa convivencia surge una voz
poderosa y una esperanza.
Acceso no autorizado de
Belén Gopegui parte de un argumento arriesgado construyendo una novela sobre la gestión despiadada del poder, la soledad, el
miedo al fracaso y a la muerte.
Lanzadera en una cripta de Wole Soyinka
son poemas duros y terribles sobre su paso por la cárcel.
La tumba de Keats de Juan Carlos
Mestre la percibo como la conversación de un hombre sabio que ha pensado su
vida y la cuenta en un largo paseo que puede durar un verano, con la complicidad
de un lector que en los versos va reconociéndose y pensándose como el necesario
caminante que comparte el paseo y la amistad y la Historia y el futuro.
Los Cuentos negros de Manuel Vázquez
Montalbán son un relatos de Pepe Carvalho rescatados del olvido por Georges Tyras casi ocho años
después de su muerte.
La aldea de sal de Ledo Ivo es una
antología de este gran poeta brasileño.
Los que hemos amado de
Willy Uribe es una novela con una voz narradora excepcional.
Caligrafía de los sueños de Juan
Marsé es novela de supervivencia.
La alambrada de mi boca de Ana PérezCañamares son poemas que van de la madre a la hija pasando por la lucha diaria
y cotidiana, la amistad y el amor, estremecedores, directos y hermosos.
Muerte del inquisidor de Leonardo
Sciascia es un extraño libro, entre reconstrucción imposible de un hecho pasado
por falta de documentos y el alegato por la historia de los humildes y de los
pobres.
El día de mañana de Ignacio Martínez
de Pisón es una novela construida con muchas y distintas voces para contar la
historia de un chivato de la policía de los últimos años de la dictadura en
Barcelona.
El espía de Justo Navarro es la
reconstrucción del paso por un campo penitenciario para soldados de los Estados
Unidos del poeta Ezra Pound al final de la guerra mundial en Italia, que hace
el traductor J.N. en su paso, durante los mismos meses, por Pisa sesenta años
más tarde.
La fiesta del oso de
Jordi Soler es una curiosa novela sobre la búsqueda de los hechos notables de
nuestros antepasados y cómo enfrentarse a que esa búsqueda encuentre en cambio
hechos mezquinos.
El espíritu de mis padres sigue subiendoen la lluvia de Patricio Pron es una novela donde, como dice su padre,
cruza un puente hacía él, el mismo que su padre cruzó hacia el suyo, escrita
con contención y respeto.
Las hermanas Alba de
Alex Oviedo propone un final tan diabólico que me callo para invitarles a que
la lean.
Habitación doble de Luis Magrinyá es
una novela enorme que leí por recomendación del blog de José Luis Amores …
En Alfabeto de cicatrices de AnaPérez Cañamares, su libro más reciente, la poeta hace de lo cotidiano (la
limpieza, el metro, la sala de espera de la Seguridad Social) materia poética y
repasa su pasado para tomar impulso hacia delante, con cruda autocrítica para
mostrarse:
y ahora deja el libro
vete al espejo
y mírame
Y la
ves. Gran poeta Ana. Me encanta.
La mano invisible de
Isaac Rosa es una novela arriesgada sobre el trabajo deshumanizador y
alienante.
Tanto El gran número, Fin y principio yotros poemas de Wislawa Szymborska como El cielo a medio hacer de
Tomás Tranströmer son excelentes.
El beso del ángel de Irene Gracia es
una novela sugerente y rompedora.
El ángulo ciego de Luisa Etxenike es
una novela grande sobre el dolor y el miedo.
Flores de verano de Tomiki Hara es un
libro sencillo y estremecedor.
El limonero real de Juan José Saer es una novela
de 1974 de este escritor argentino ya fallecido construida desde distintas
miradas para narrar unas horas, las del 31 de diciembre, de la vida de varias
familias de campesinos rosarinos y condensar sus vidas: sus tragedias y sus
resistencias, el peso de los días y la obligación de la vida.
El libro
de la ola, el atajo de Valerie Mejer es el único publicado en España de
esta poeta mexicana que vive en Estados Unidos. Dice entre otras cosas Raúl
Zurita en su introducción que estos poemas se escriben para comprender que lo
frágil puede oponerse a la violencia ejercida por el mundo y sus poderes y
luego Valerie nos confirma que un anillo
de niebla estrecha mi cintura. Soy un poco mejor que ayer… y que La verdad es elegante y lucha contra la
gravedad.
La casa roja de Juan Carlos Mestre es un
libro de poemas enorme y fundamental donde este gran poeta leonés afirma su voz
original, personal y deslumbrante.
Calle Bolivia de María Barbal es una novela
sobre la inmigración de la posguerra española desde Andalucía a Barcelona desde
la mirada de las mujeres, su doble discriminación como inmigrantes y
trabajadores y como mujeres frente a un mundo organizado por los hombres.
Del natural de W.G. Sebald son tres largos
poemas: Como la nieve en los Alpes, Y si me quedara junto al mar más remoto y
La noche oscura hace una incursión. Versos sobre el conflicto inacabado entre
los humanos y la naturaleza.
Una bendición de Toni Morrison es una novela
sobre la esclavitud y la supervivencia en el norte de Ámerica en el siglo
XVIII, que permite una mirada nueva.
El mar de John Banville es la búsqueda
del dolor en el recuerdo para poder recuperar al menos la conciencia de que se
ha amado en alguna ocasión.
No estoy limpia de Inma Luna son poemas sobre
el miedo a conocer y a conocernos, desde la aceptación de que para vivir hay
que aprender y para aprender en ocasiones nos devoran como dice Inma: Me excita conspirar así con la impalabra.
Paseo de julio con Juan Carlos Mestre por Pablo Müller |
La lista completa del 2011:
¡Indignaos!
de Stéphane Hessel
¡La crisis está siendo un éxito!
de Manel Fontdevila
¿Por
qué se cayó todo y no se ha hundido nada? de Juan Torres López
A cada
cual, lo suyo de Leonardo Sciascia
Acceso
no autorizado de Belén Gopegui
Alfabeto
de cicatrices de Ana Pérez Cañamares
Andrómeda
encadenada de Fátima Frutos
Black, black,
black de Marta Sanz
Blanco
nocturno de Ricardo Piglia,
Caligrafía
de los sueños de Juan Marsé
Calle Bolivia de María Barbal
Cuatro gotas de Dulce Chacón
Cuentos
blancos de Manuel Vázquez Montalbán
Cuentos
negros de Manuel Vázquez Montalbán
Curación
de Ana Merino
de la ola, el atajo de Valerie
Mejer
Del natural de W.G. Sebald
Desandar
lo andado de Jorge Riechmann
El
ángulo ciego de Luisa Etxenike
El
beso del angel de Irene Gracia
El
campo del alfarero de Andrea Camirelli
El
caso Moro de Leonardo Siciascia
El
cielo a medio hacer de Tomás Tranströmer
El día
de mañana de Ignacio Martínez de Pisón
El
espía de Justo Navarro
El
espíritu de mis padres sigue subiendo en la lluvia de Patricio Pron
El
gran número, Fin y principio y otros poemas de Wislawa Szymborska
El limonero real de Juan José
Saer
El mar de John Banville
El
peso de la mariposa de Erri de Luca
El
tobogán de Andrés Neuman.
El vendedor de estropajos de
Fred Vargas y Edmond Baudoin
Espejos
de las fugaces de Joumana Haddad
Flores
de verano de Tomiki Hara
Habitación
doble de Luis Magrinyá
Hilos
de sangre de Gonzalo Torné
La
alambrada de mi boca de Ana Pérez Cañamares
La
aldea de sal de Ledo Ivo
La casa roja de Juan Carlos
Mestre
La
fiesta del oso de Jordi Soler
La manera de recogerse el pelo.
Generación Blogger
La
mano invisible de Isaac Rosa
La
matanza de los gitanos de Ken Bruen
La
niebla, tres veces de Menchu Gutierrez
La piel del zorro de Herta
Müller
La senda oscura de Asa Larsson
La
tumba de Keats de Juan Carlos Mestre
Lanzadera
en una cripta de Wole Soyinka
Las
ciegas hormigas de Ramiro Pinilla
Las
hermanas Alba de Alex Oviedo
Las niñas perdidas de Cristina
Fallarás
Las
venas abiertas de América Latina de Eduardo Galeano
Lo
demás es silencio de Piedad Bonnett
Los
hombres intermitentes de Francisco Javier Irazoki
Los
que hemos amado de Willy Uribe
Muerte
del inquisidor de Leonardo Sciascia
Niñas
y detectives de Giovanna Rivero
No estoy limpia de Inma Luna
Odas /
Canto secular / Epodos de Horacio
Operación
Gladio de Benjamín Prado
Padres,
hijos y primates de Jon Bilbao
Pigmalión
y otros relatos de Manuel Vázquez Montalbán
Sobre
la felicidad a ultranza de Ugo Cornia
Solaris de Stanislaw Lem
Sunset Park de
Paul Auster
Todo
es silencio de Manuel Rivas,
Un
lugar incierto de Fred Vargas
Un
momento de descanso de Antonio Orejudo
Una bendición de Toni Morrison
Una cruzada en solitario de
Chester Himes
No sólo tienes libros magníficos sinoque entre ellos está uno de los títulos que más me han gustado en los últimos tiempos y que, curiosamente, es poco o nada conocido. El ángulo ciego.
ResponderEliminarMe gusta tu lista, es muy variada y contiene grandes obras.
Besos y felices lecturas el año entrante
Gracias mientrasleo. Luisa Etxenike es una escritora formidable que aun nos dará literatura de la buena en el futuro, seguro
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