Los abuelos descansan. Archivo de Pablo Müller
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Adentro tiene padre la intemperie.
Eduardo Milán
Pablo Müller perdido,
abierta el alma sin techo,
a la intemperie su hendidura,
le penetra el no nacido sin palabra
y le espeta con cuidado
por permitir su congoja.
Pablo Müller no escucha,
atento al amparo de la noche:
el licor, la palabra deuda, el pleito,
ocupado en reunir el hueco
donde aliviar su yo.
Yo soy intemperie, dice Pablo Müller
a una mujer de ojos asiáticos.
Yo soy dolor, dice Pablo Müller
a la autoridad gubernativa
en un control de tráfico rodado.
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