PEQUEÑO POEMA AUSPICIADO POR UNA EMPRESA
A PUNTO DE QUEBRAR
Un hombre trabaja en una oficina
bajo las nubes de un otoño negro.
Cuando le queda tiempo escribe.
¿Qué escribe?
Fotos y cabezas heridas.
Hacía allí enviaré mi regalo.
Hacia la foto de una cabeza inerte.
Este sujeto camina
con su cerebro bajo el brazo:
lo lustra,
lo cepilla,
lo educa en el árbol de la vida.
Y me da una biblia mormona
que habla de caballos
que duermen en hoteles tristes
bajo una manta de telegramas
y avisos de papel menbretado.
A él le doy un juguete:
él se lo explicará en un sueño,
escribiendo con su dedo índice
la dirección postal del fin del mundo.
Juan José Rodinás
Cuaderno de Yorkshire
Pre-textos poesía
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