Acería, octubre 2015 por Pablo Müller
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«Guarde el
clavo, ahorre. Esto es un producto histórico de la industria metalúrgica.»
Jorge Aulicino
Esto, entre las manos,
es un producto histórico de la industria
metalúrgica.
Ahora debo planificar la visita anual a la acería.
Allí encuentro los restos imaginados de la memoria
laboral
de mi padre, de su hermano, del padre de ambos.
Entre las herramientas
cuyo nombre aprendí antes que los poemas: alicates,
gubia,
formón, clavo, tirafondo, destornillador.
Entre los ruidos de metal que eran las músicas de
las casas
de la infancia.
Esto es un producto histórico de la industria
metalúrgica.
Dejar de labrar la plata blanda y romper el último
equilibrio
de la chapa de acero y su pulido. A este ruido
dibujar
el tranquilo silencio de los lápices. Romper la
lógica versión
de la mina de hierro, subir a la superficie de la
lluvia
y mecanizar esta conversación con los metales.
Ahora apuntar los últimos enseres en la libreta
en blanco que abandonó en la marcha padre camino
de nuestros olvidos: producto histórico, el miedo,
producto histórico, el egoísmo, producto solo.
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