sábado, 16 de enero de 2021

PAULONIA UN POEMA DE PERSONAL & POLÍTICO DE AURORA LUQUE

 

 

 

 

PAULONIA

 

 

 

Manuel Moya, poeta,

está plantando un bosque literario

en un huerto heredado de su padre

con naranjos enfermos:

Bosque de la Memoria.

Árboles que son fruto

de semillas de libro.

Cuenta que ha conseguido que germinen

cipreses de la Acrópolis.

 

Yo he plantado en mi huerto una paulonia.

Murasaki Shikibu me regaló cien días en Kioto,

la intimidad de Genji, sus morbosos abrazos,

los poemas que cruzan los amantes

escuetos como un tuit y ambiguos como el mar,

la molicie de las caligrafías,

los nombres perfumados de las cosas

y el deseo feroz

como arteria central de las palabras.

Por gratitud he plantado una paulonia.

Ha crecido veloz, como con hélices

o alas en las ramas. Purifica los suelos,

embellece las nubes, enredando entre ellas

un enjambre violeta de campánulas.

Conmueve su despliegue tan gratuito.

 

Los vecinos preguntan que por qué

sembré un árbol tan grande

que no da fruto alguno.

Pa qué si no da ná, dicen con sus seis sílabas.

La he plantado por pura gratitud.

En Japón utilizan su madera

blanca y honesta para kotos y sandalias

y la plantan en China cuando nace una niña

y al casarla fabrican con su pulpa

los varios utensilios de su ajuar.

Quizá al final del tiempo

cuando aviste a la muerte,

construya yo un estuche

con alguna porción de alguna rama

una caja a la inversa de Pandora

con la no-espera al fondo

y los bienes cumplidos,

selectos y menudos como bayas granantes,

en su interior.

 

Pero el don que aguardamos

es que hable Murasaki muchos siglos,

que propague su erótica gentil

bajo especie de libros y huertos.

De libros, esos hijos

biológicos del árbol.

 

 

 

Aurora Luque

Personal & político

 

Vandalia


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