Los líquidos
íntimos
Con mi piel puedes hacer injertos en los manzanos.
Algunos conservan estirados los nombres que grabé a
navajazos
todas las tardes al volver de la escuela.
Acostumbrada a tirar por un poema como por un
ternero
cuando se le ven las patas
cuando ya no está en edad de crecer
toda maduración requiere un desgarro de tendones
entonces es cuando corren por mi pecho rebaños de
cabras
que no se dirigen a ninguna parte
me suben a las paredes desde las que te veo
arrancan con la lengua el pasto mientras te vas.
El tacto de tus violines me hace llorar
terriblemente
y casi no puedo soportar que tus manos me acaricien
como la lana de los jerseys que me hacía mi madre
cuando era niña.
Pero con mi piel
con mi piel se pueden hacer injertos en los
manzanos.
29 de enero
del 2002.
Querida mamá: estoy aprendiendo a ladrar.
une saison en enfer. repite conmigo
Une-Saison-En-Enfer.
mis treinta generaciones analfabetas Yo estoy
aprendiendo a ladrar.
marcar un nunca territorio con la epiglotis
como un can como una perra cualquiera
emperrarme hasta volver en mí en can entonces
pronuncio
Walt Walt
Walt Whitman mamá.
estoy aprendiendo a ladrar.
me pongo de culo al sol me agarro a una azada
e intento imitar el canto del cuco del cuco de culo
al sol entonces
mi garganta se exprime de dolor
y aúllan como nunca los futuros posibles que nos
abomban las venas
como un cazo de leche vertiéndose en el fuego.
los ojos de mi amor llevan dentro
el tintineo de los cencerros unocontraotro
unocontraotro
de la novena sinfonía de Gustav Mahler
mamá.
y yo te miro a los ojos a los ojitos estás tan
cansada
pero yo no y aquí
es el momento de la furia can
escucho con atención la campana de cris
tal de tus sueños incumplidos
como una escultura delicada de Brancusi
de Cons tan tín Brancusi.
una vez y otra vez el corazón tan grande
como una seta enorme el otoño eres tú auh auh auh
loba
aquí me tienes bailando gritando saltando
una maestra gutural un volcancito gutural
como Virginia Woolf como Virginia Woolf como
Virginia Woolf.
te miro las manos podría lamerte las cicatrices de
las manos
hasta que dieran luz
y curarte las hernias discales con un solo verso
alejandrino
con una sílaba de centeno crudo con un oh-là-là y
después
después
contar una por una tus canas enraizadas en las
edades del mundo
tu lengua plantígrada mamá
podría incluso reestructurarte la osamenta
con el implante de una canción anarquista.
a veces siento el dolor sedimentándose
lámina
por
lámina
como la pizarra:
es un esguince emocional clavado en la nuca
y para ladrar así a veces es preciso llorar yodo
sajarme las rodillas con una guadaña hasta ver el
sol tan cerca
a tres centímetros del iris
mamá
yo tenía que mamar de tu médula
asombrar al mundo cuando te baja la compasión a las
caries
y a los pechos
caídos
de cansancio.
para poder ladrar yo tendría que roer durante años
tu alergia al polen a los vilanos de los chopos
tu anemia circulando en sentido inverso por la
sangre
tendría que ir contigo a enterrar a tu hermano de
veintisiete años y
apretar la mandíbula para no partirme la lengua
con su tuberculosis
mamaíta.
sé muy bien que para poder ladrar
tendría que ir contigo a mi infancia
y verme a punto de morir deshidratada
y rogarle a la virgen en la que no crees
que me devolviese a la vida de tres meses y medio
y soldarme en tu regazo para siempre
como una pieza de hierro de tu vientre.
no pienses que no sé que para poder ladrar
tendría que ir contigo a las últimas horas
de la abuela Carmen agarrada a las cuatro puntas de
su pañuelo
y a tu bazo.
yo sé muy bien sé todo
que para aprender este ladrido
al fin hicieron falta
mil mujeres lavando sin cesar en el río de Saá
y mil arando y dos mil cosiendo y cinco mil
recogiendo leños y raíces en mitad del monte y Tú
sobre todo tú plantando pinos en una sierra inmensa
desaprendiendo cuanto eres
agujereando tus dudas.
Querida mamá: estoy aprendiendo a ladrar.
alguien me ve abriéndome la mandíbula hasta
hendirla y digo ya
ya ladro ouh como el perro no no
como Camille Claudel como Camille Claudel como
Camille Claudel
como Camille mamá en el mármol
como Camille
como Walt Whitman Walter Benjamin voy mamá
voy hacia ti
voy yo voy
alta
alta
auh...
Olga Novo - Los líquidos íntimos - Poesía Cálamo