Niño, del archivo de la familia de Pablo Müller |
«Como los primitivos enterramos al gato
con su cuenco. Con las manos desnudas
tapamos el agujero con grava y arena.»
Jane Kenyon
No enterró padre al perro en el jardín y luego dijo
que escapó de noche.
Nunca entró perro en aquella cocina,
ni abejas en el lenguaje.
No es buena forma comenzar con no ninguna frase.
No enterró padre aquel palo gordo de los golpes,
y luego dijo que lo llevó olvidado a la bajada del
roble
no lo dejó colgado tras la puerta como hizo su
padre,
el tío manco que ordenaba los recibos las mañanas.
No es, lo sabemos, lealtad dejar este lugar
a los gritos de los vecinos,
ni oportunidad para cerrar enfado de medio siglo.
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