Santiago de Compostela, agosto de 2012 por Pablo Müller
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En mi ciudad los julios se hacen grandes como agosto
y sin músicos, sin tráfico, sin filósofos, sin grito,
sin trabajo, sin zapatos ni jornal,
la ciudad se hace otra donde los niños
esperan la merienda sentados en piedrasderrotas
a la puerta de la fábrica de los circos y los panes del coraje.
La ciudad se hace lugarmedida
para la rapiñamoneda de los comerciantes de tiranías,
a su sombra se retuercen los papeles y las palabras convalecientes
se quedan a reposar en las clínicas de los escribamercenarios,
para que nadie recuerde que el futuro es juntos o no es,
que alguien labrará la tierra a nuestro cansancio
o solo quedará abierta la oficina azul de los ataúdes,
atendida por el tóxico de los banqueros…
Santiago de Compostela, agosto de 2012 por Pablo Müller
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