HEMORRAGIA INTERNA
Tanto negro
y no nos queda para llevar en la boca
un luto por nuestra propia ausencia.
Estas curvas que los hijos
nos ponemos en la cara
son ramas de árboles muertos
que fingen seguir aquí.
Cómo decir a quien nos hizo
que desearíamos no habernos conocido nunca,
que ser polvo en la cola de un cometa
es más fácil que sonreír
y ser siempre niña,
siempre contenta,
siempre flor
para la alegría de los otros
porque a nuestra juventud nada le falta, piensan,
mientras dentro se nos desangra
silenciosa la luz.
Noelia Toribio
Un hueco para la luz
Editorial Páramo
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