*
La
poesía en lo perfecto del muerto:
lo
incorruptible, la selva encadenada
*
En tus
sueños rapaces escucharás la voz demente del cráneo del poema
caja
estelar rúnica
oráculo
vaginal que inventa la poesía en los subsuelos de Marte
caracol
jineteando el futuro en versos de esporas caucásicas
esporas
indígenas meándose al viento planetario
de los
códices
Nortes
que exorcizan cebollas y crines en tu viaje a la sangre
de
ombligo del mundo a clítoris del fin
Su voz
será pelo de árbol
magullándose
en el alba de tu buche,
pero
eres un cóndor: nada podrá evitar
que la
profecía te crezca en la digestión de una pelvis
*
El
huevo duna
huevo
diente a los leones
huevo
ojo de cristal desarropado de langostas
craqueará
sin nido como la tierra y los cielos zarandeándote
al
brillo de los pelícanos
aves de
gracia que muerden peces y sirenas
desde
la espalda del muerto de agua
hacia
el festín de tu descendencia
*
Serás un cóndor empujando a tu hija
de la montaña al abismo
donde brota lo real
*
Después
de la oscuridad última vendrá una noche más
grande,
caliza, arrobada por colmenares que cuelgan de los
miembros
del cadáver oceánico
Tu Dios
será el ruido incesante en el agua del poema
El agua
será la carroña madre y su descomposición penetrará
en la
lengua obscena de la tierra
Te
convertirás en testimonio de la sequía. De tu sombra
saldrán
colas, aletas y luces reproduciéndose en la
transparente
nada
Entenderás
que en el principio no fue nunca el verbo, sino la hernia
Lo
inicial prescinde de la palabra que revienta la córnea de la vida
Tu
Dios-madre es la carroña del mundo y crece en cada criatura que cesa
su
habla deshabitada de duelo
Nadarás
la mente en el lenguaje de tus muertos
Mónica
Ojeda
Historia
de la leche
Editorial
Candaya