martes, 7 de abril de 2015

TELÉFONO



L'Estartit, abril de 2013 por Pablo Müller
«miradas enterradas en un pozo,
miradas que nos ven desde el principio,
mirada niña de la madre vieja
que ve en el hijo grande un padre joven,
mirada madre de la niña sola
que ve en el padre grande un hijo niño,
miradas que nos miran desde el fondo
de la vida y son trampas de la muerte
— ¿o es al revés: caer en esos ojos
es volver a la vida verdadera?,»
Octavio Paz


Suena el teléfono a la mañana pronto y la voz
que se escucha pide ayuda y no la pide,
 — pues no tiene permiso —, cree que es culpable
de la mente que se vacía a su lado: — aprendan
a estar solos, procuren pasar el mayor tiempo
posible consigo mismos, — dice Tarkovsky, no duelo,
no llorar…
Suena el teléfono a cualquier hora y atrapado
el auricular asir la ayuda, no la alcanzo, se vacía
la voluntad y los pies se quedan piedras,
si suena ese teléfono terrible y con ese sonido se fabrica
la tristeza que como cada día, ¿dónde puedo
dejar esta mirada de auxilio? ciego ¿cómo sostener
este teléfono? ¿ver al padre que se hace agua?, ahogo,
se hace piedra y arrastra cansado la angustia y cuelgo,
cuelgo…




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