«Esta antología, compuesta por 88
poemas, de autores procedentes de 15 países, quiere rendir homenaje a todas las
víctimas y desaparecidas en Ciudad Juárez, y entre ellas a la propia Susana
Chávez, a cuya memoria debemos el proyecto que hoy nos anima y une. Más allá de
la poesía que encierran estas páginas, la intención de la antología y el
proyecto que le da vida es hacer saber, a las personas que sufren en primera
persona esa violencia, que no están solas, que tienen siquiera el calor de
nuestras voces, y el propósito de mantener viva la denuncia sobre la realidad
que padecen.»
Uberto
Stabile, del prólogo.
el interior de este silencio es rojo
Jorge
Riechmann
Uno
La muerte es más muerte en silencio
y “el
interior de este silencio es rojo”
el peso del silencio supera al de
muchos metales:
al metal de las armas, al metal de las
furgonetas,
al metal de las gafas oscuras y las
hebillas de los cinturones.
El horror es más doloroso en silencio…por
eso
hay que transformar el silencio en
palabras
agarrarnos con abrazo al dolor de las
mujeres,
llevar las palabras a las cárceles
donde no están los dueños del miedo,
buscar las palabras en las cenizas de
las mujeres que dijeron la última,
en los recoldos de las brasas del amor
de las mujeres, palabras que queman despacio las sílabas del olvido,
Dos
¿Hay palabras en el momento cruel de
la mujer asesinada?
Y si las hay, ¿cuáles? ¿por favor?
¿no? ¿piedad?
¿las del ruego?, ¿las del miedo?, ¿las
de la rabia?
Y en el momento cruel de la mujer
asesinada,
el hombre que roba la vida
¿puede escuchar? Y si escucha,
¿cuáles?
Las que le recuerdan a su madre,
acaso también mató a su madre
acaso un hombre mató a la mujer que
fue su madre
¿por favor? ¿no? ¿piedad?
Tres
Las palabras son buenas conductoras de
la electricidad y de la rabia…
Las palabras son buenas conductoras de
la amenaza y del miedo…
La amenaza y el miedo se alquilan en
las habitaciones de los dóciles y en los garajes de las noches
La congoja y el temor se atan a la
puerta de las fábricas donde trabajan las mujeres,
por los agujeros de las horas enseñan
sus dientes los encargados y los cinturones
y con la madrugada en los polígonos
industriales que lamen la frontera aparecerá otro silencio rojo,
silencio mujer,
y a cada silencio palabras, palabras
mujer, palabras valor, palabras sin amo.