Grúa, lluvia, el día antes del uno de marzo por Pablo Müller
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Pablo
Müller no aprecia el primer día del mes de marzo, — siempre rememora su
tristeza — y cuando se acerca, vuelve a
su casa, cierra la puerta, baja las persianas, apaga las luces y se mete en la
cama. Coloca sus manos tapando los oídos, y engulle silencio:
El uno de
marzo es el día del sonido dolor: sonido de cristal roto, descarnados los
oídos, se muerde el alma, con palabras sordas, palabras azadas, palabras que
cavan el olvido, y se instala en la congoja, perceptible en las vísceras. El
sonido de un inconsolable llanto, un grito que suplica, finalice, nos sea
otorgada la sordera y descansar del dolor.
Pablo
Müller adormecido por el alcohol, desconectados los aparatos eléctricos, para
que el silencio aniquile la jornada, haga desaparecer todos los unos de marzo y
con ellos la angustia que agudiza sus oídos, la tristeza que roe su cabeza y el
dolor estrépito en su vientre y en su memoria.
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