domingo, 30 de agosto de 2015

REUNIÓN DE DISPUTAS


En el viaje, agosto de 2015 por Pablo Müller

«Pilotos cargados de explosivos. Conductores borrachos de civilización petrolera.»
Ángel Calle Collado


Cuando conduzco el automóvil por la autopista,
no sé,
hacía Zaragoza, Madrid, Gijón,
en el maletero llevo unos zapatos de seguridad,
una bolsa con muda y cepillo de dientes, 
fármacos que creo indispensables
para cubrir el expediente con las estadísticas,
no sé,
lo peligroso
lo llevo en la cabeza,
lo grave
lo dicto al teléfono con las manos libres,
lo terrible,
ahí hay miedo.





martes, 25 de agosto de 2015

ELLA LE SOSTENÍA


En el túnel, julio 2015 por Pablo Müller



«Ella le sostenía»
Chantal Maillard

Ella le sostenía la memoria,
el difícil transito por el pasillo,
remendaba el maltrato,
— despacio con miedo —
ponía la almohada justo
cerca del recuerdo de las sirenas,
un camino a los refugios antiaéreos,
                                                            no

terminaba de remendar
y desde los bordes del campo de futbol
y las agonías otro desgarro llegaba,
ahí las chaquetas de colores apagados,
ahí los platos de cena frugales,
así las madrugadas, así los paseos en solitario
hasta el más lejano muelle del puerto,

queda la esperanza de una muerte
que salve la mala vejez
de la vejez misma.



miércoles, 19 de agosto de 2015

LA PREGUNTA


Tarifa, agosto de 2014 por Pablo Müller



«no, no sé hacer la pregunta cuya respuesta
es la muerte»
Mario Montalbetti

La pregunta debe ser buena,
ahí dicen está buena parte de la respuesta,
media vida haciendo certezas,
inventariando el fenómeno,
preparando las contestaciones,
y luego el hijo te pregunta
— a la puerta de la panadería,
el décimo día de lluvia ininterrumpida,
después del enfado —
cansado, comenzar de nuevo.



sábado, 15 de agosto de 2015

PANTALLAS DE URGENCIA


Mirando hacia el mar por Pablo Müller


«…lejos
de cambiar la faz del mundo, en escena
seguimos sacándonos conejos del cerebro,
y palomas blancas, bandadas de palomas
que invariablemente se cagan en los libros.»
H. Magnus Enzensberger


Arriba la pantalla dice
que la princesa del pueblo manda
sobre los celadores diligentes
que llenan las sillas de ruedas bonitas,
con viejos olvidadizos
— bicicleta la llama la más anciana
y deja billetes de diez de propina
en los bolsillos que alcanza a mano —

La pantalla dice que tal vez
salga de la cárcel para reunir
corajes y playas, la fianza,
— cómo sino lo puede hacer — 

esperan las mujeres de pelo blanco
y los ojos ya pequeños
una ventana al pájaro de la tarde,
acercan el rostro de cristal
a la distancia de la escucha
y médicos nerviosos pasean
con los papeles de fuegos y retrasos,
mientras las enfermeras abren
las puertas con las sonrisas,

— desde la no memoria ellos
cuentan los pasillos que faltan
a la noche y después repiten el último
número hasta confundirlo
con los hijos vivos —

Arriba la pantalla muda obliga
imágenes de un antiguo procer
olvidado el legado oculta la cara a la cámara
de las comadrejas
y nadie tiene música cerca
para encender el cigarro.

En la urgencia la pantalla
dicta todas las memorias necesarias,
ahora ya pueden sonreír.


lunes, 10 de agosto de 2015

EL MODO DE ESPANTAR A LAS ABEJAS



Avispa asiática, por Pablo Müller, julio de 2015



«la felicidad de los niños, y el modo de espantar a las abejas mientras comían.»
José Mª de la Quintana

Alistar,
colocar
— la filiación en la línea correcta de la lista —
sin permiso,
abroncar la herencia,
escupir al cielo,
alabar todas las mutaciones,
y las órdenes,
así,
listar,
en la excel propuesta
la acción,
el dueño,
el plazo
y la autoridad
a la que reportamos.

Portar así la más pesada mochila,
llena de las piedras,
portar (se) con la habitual corrección,
esperable de un                                                    domingo,
una calma,
un suspiro,
el pájaro que porta el trozo de pan hasta el tejado,
las últimas abejas del lenguaje,
en esa celda roernos
el hueco que suelte
lo atado.


miércoles, 5 de agosto de 2015

CONVERSACIÓN CON JUAN EN LA SOBREMESA DE UNA CENA, EN ARANJUEZ, EN OCTUBRE


Habitación de hotel, en Aranjuez, octubre de 2014 por Pablo Müller



«La vida no se entiende como bien, por lo que no se pretende una vida eterna, y tampoco la muerte es un mal, sino un cambio de estado que permite el nacimiento de otros seres.»
Chantal Maillard


Esta habitación de hotel tiene el suelo de murmullos,
tuberías rectas hasta el silencio inusual de la noche,
descampados tiene la habitación según entro,
un centro comercial abandonado, un casino,
e, incluso en su puerta, un empleado grande,
bien vestido, que cambia tu sonrisa por tu última moneda,
— efectivamente,
la que guardabas para la mano del hijo,
para cuando llegaras a la casa —

Esta habitación y la que está al lado,
tienen los recuerdos de los padres muertos, todos,
incluso tú tienes la edad de ese momento,
ocho años,
los olvidos y las horas robadas al sueño
en la construcción de ese murmullo, esa tubería recta
que recoge el caudal de la vida,
que desagua las memorias,
desde esa muerte.