Torrejón, en febrero del 2014 por Pablo Müller |
«Porque a fin de cuentas
lo que hay es ignorancia de la ignorancia
y manos ocupadas en lavarse las manos.»
Wislawa Szymborska
Leer el poema
en el sótano es escuchar poemas en el sótano es confundir lo que oyes y lo que
piensas en el sótano es arrimar la espalda y las paredes que sostienen el
sótano.
La prueba
de vida y de voz que se hace invierno, las palabras de lejos en el otro de los
idiomas del dolor — ahí cerca — traducidos por la lectora que luego te hace
lector y sucesivamente.
Como si no
se hubiera ido - ¿a dónde si no?
Y cada vez
que se lee se vuelve al estrecho momento en la calleja en que se escribe, — ahora
—, en el 68, en el invierno del 43, y
ahora.
Se hace
abierta la voz y la presencia, humilde, del invierno, como si no fuera con
nosotros y no tuviera que arrancar el coche escondido en el parking y
estuvieras aquí, amor, y dormir a mi lado en el hotel de los aviones.
La Central, Madrid, 12 de febrero de 2014