Peinados de boda. Pablo Müller |
Durante este mes de enero Pablo Müller y Javier Bermúdez han leído La manera de recogerse el pelo. Generación Blogger, de Bartleby Editores, en ocasiones en voz alta como el poema Hija, de Ana Pérez Cañamares:
Hija, si en algún momento
mientras estás ocupada en crecer
— dura y lícita tarea —
puedes mirarme a los ojos
hazlo.
No te dejes las preguntas
para cuando sea la misma voz
la que cuestiona y la que responda.
Mira que en esta familia
tenemos la dolorosa costumbre
de conocernos mejor de muertos
Estremece.
Pasamos la vida ajustando cuentas con la familia, deseando, sufriendo y amándola, cuidándola con esfuerzo, descuidándola, y sin embargo no suele ser materia poética. Para Ana sí.
Otros poemas los leyeron en voz baja y con un lápiz con que subrayar.
Foto de familia. Enero 2006 del archivo de Pablo Müller |
…cómo nos pesa el reloj como poemas inconclusos en la maleta…
Son los poemas tan densos que en poco espacio se llenan de peso.
paseando nubes con correa
por una calle vagamente encharcada.
O son tan livianos como nubes que enganchar
Sigue existiendo la mano ejecutora cuando finaliza el poema.
La mano se aleja al finalizar y deja en la intemperie al poema: la soledad del libro o del blog.
Bilbao. Octubre de 2010 por Pablo Müller |
quizá no estemos quedando sin ángeles
Sí, sin duda
qué pena.
con un poco de suerte,
el día que lloras,
llueve
y
todo parece
volver
a
tener
sentido,
Charcos de versos, versos en el charco.
o que lo mejor está por venir
y lo cierto es,
que se fue hace tiempo
Ritmo de olas:
es importante
no olvidar mi nombre
una siempre tiene que poder responder
quién es
aunque en realidad
todavía no lo sepa.
La relación entre el tiempo y el alcohol
… un instante resaca
Outsider
al borde del mundo
los fracasos se ven menos
pero duelen lo mismo.
Y el desasosiego
por eso,
me sigo escribiendo entre poemas…
pasando esta puta vida
con buena
letra.
Poemas donde practicar la tristeza
durmiendo en el patio trasero
de los sueños de otros.
Bilbao. Octubre de 2010 por Pablo Müller |
En algo hay que estar
por algo hay que entretener al espanto
Digo espanto y digo ganancia
…perdona
el descuido y el tono narrativo
Digo palabra y es femenino
Ser uno mismo,
ser,
es muy trabajoso
y quien no lo crea
ni es ni ha sido
Creías haber dejado de gritar de reojo al peso de la herencia que la historia deja a las mujeres y anuncia la importancia de la labor.
Amancer del día de Santo Tomás Diciembre de 2010 por Pablo Müller |
cuento cuentos
me cuento el mismo cuento cada noche
para decirle al futuro
cómo tiene que ser
En esa aparente ingenuidad hay determinación, arrojo y rabia.
Un barco esperando a la entrada del puerto de Bilbao. Enero 2011 por Pablo Müller |
Hay que ajustar las cuentas al tiempo, debe pagar sus deudas por muy poderoso que se tenga
porque demando a dentelladas del pasado
lo que por derecho el tiempo me debe
Es brutal el poema LA MADRE DE LOS MUERTOS, sensual, salvaje y descarnado
La calle era un campo de floreciente mantillo rojo,
Donde los pequeños jugaban a cambiar de alma.
Entre latido y latido,
mi esponja crecía y se llenaba de leche
como una ubre de perra para amamantar a sus cachorros.
Pero junto a la ferocidad también hay lugar para el humor
y teñía mis ojeras con misticismo teresiano.
Versos de nube encadenada:
La vida es como una piedra,
que algunos nos empeñamos
en atarnos al cuello.
El mar Cantábrico en enero de 2011 desde Barrika por Pablo Müller |
Una jodida certeza:
Ningún dios
puso sus manos
sobre ningún
niño herido
nunca.
Bilbao. Octubre de 2010 por Pablo Müller |
Optimistas las gotas de la lluvia
fundiéndose en una sola
para caer antes
uniendo las palabras importantes y de dos hacer una: nuestravida
y negándose en un error:
Dicen, dicen, dicen…
Dicen que esto no es poesía,
tienen razón…
No, quien junta en un poema al hueso, al alambre y a la queja es sin duda poeta.
Afirma
En tu gemido están juntos
el macho cabrío que brama
y el niño pequeño que implora
El sabio consejo a la hija sobre el momento de las preguntas y un juego de sartenes para compartir hijo con el banco
Tiene razón cuando dice
tener corazón no permite tener ciertas ideas
Y cuando dice
Perdonadme que ahora juegue:
el dolor fue una instrituz severa
por mi parte perdonada y me siento de su misma patria cotidiana.
Observa el movimiento de las manos y los brazos para recogerse el pelo, quizás se pueda ver los gestos con los que se conversa con los días. Aún sin cabello, aún sin días, la manera de recogerse el pelo acompaña.
la manera de recogerse el pelo
las mujeres, rapadas, de pie frente a los gases.
Y estaban nuestros nombres en las listas
Los insectos siempre están en guardia, como el miedo
…este amanecer que pone
en guardia a los insectos y los taxis
Es muy cierto que
el amor que me viste y me desnuda
pero es pertinente, y tarea de poeta, recordarlo. Aunque advierta Inma que
Soy, a veces, colores.
A ratos, penitencia.
Y tenga la determinación de advertir a la niebla y a las desventajas
que no me toque la niebla un pelo,
que no se noten las desventajas
y muestre la misma determinación para recordar y para olvidar:
Recogeré pedazos de memoria,
los untaré de sombra
Inma se asoma a los huecos más tristes y no les pierde la cara
Como cuando llueve
y acabas de limpiarte los cristales
Inma sabe más de lo que dice de sus piernas.
En la noche Begoña escribe y
se pregunta por qué no viene a acunarla
su madre. Es tan joven, está tan desnuda
y tiene tanto, tanto frío.
Madre, joven, desnuda y frío.
Ahí fuera hay hombres
con musgo
entre los dientes.
Las palabras de esos hombres son sombrías y húmedas
de camino al
trabajoescuelacárcel
de todos los días
Begoña calla compasiva
…Nunca pensaste que el amor fuese
tan dolorosamente real.
Las palabras pueden hacer huecos en el aire
hay tal hueco en este aire de agosto
que parece que sea octubre
y convertir las estaciones.
LOLA LUGO
tus poemas manchados
frente a poemas pulcros y altaneros
poner los versos de puntillas
para que sean gatos – en una cornisa
y no sientan vértigo
poemas gato erizado, frente a la mansedumbre
lombrices de acero
gusanos que comen la tierra y la convierten en mantillo de metal
Cada frase – era un ancla de palabras
que nos remitía al fondo
Es una constatación: las palabras son las que alzan y las que hunden.
Mira – contempla en estas palabras – algo tuyo.
Ese gesto – que tuvo el privilegio de no morir.
Así termina el poema número 29
Invitados de boda. Julio 2010 por Pablo Müller |
Trece maneras de recogerse el cabello, trece miradas que en ocasiones convergen en el mismo punto, seleccionadas por David González, y que en otras se alejan, que mantienen en común el desparpajo desinhibido, a veces brutal, a veces tiernísimo, cotidiano y lúdico.
Muchas gracias por tu visión-en-collage, Javier.
ResponderEliminarGracias, gracias, gracias... hasta 13.
ResponderEliminar