lunes, 18 de junio de 2018

UN POEMA DE ELENA ROMÁN DE ¿QUÉ HACER CON FREUD ADEMÁS DE MATAR A FREUD?




NADIE HABITABA EL MUNDO


Si sales tan guapa es porque estás trabajando
o porque estás loca
me dijo, mascando chicle,
y le contesté que no a lo primero.
Él trabajaba en la tienda que hay
bajo el balcón de mi madre,
la única en los alrededores
que sobrevivió a la crisis.
Se notaba que es esa tienda
él estaba a gusto
y me puse de puntillas para besarle
no porque fuera muy alto
sino porque yo estaba romántica.
A esa hora en la que no había nadie en la calle
salía de la tienda para piropearme
a su manera.
Había escuchado que él
había acuchillado a alguien en la cara
amenazándole con comérselo
después de matarlo.
¿Qué masticaba mi piropeador
mientras me piropeaba?
¿por qué echó a correr cuando llegó la policía?
Yo escudriñaba el escaparate
por si lo veía dentro
con sus ojos vidriosos
a esa hora en que el mundo era un infierno
bajo el balcón de mi madre.


Elena Román
¿Qué hacer con Freud además de matar a Freud?
Ediciones Liliputienses


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