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miércoles, 9 de julio de 2025

DOS POEMAS DE MÚSICA PARA TORPES DE LUIS MIGUEL RABANAL

 






VÉRTIGOS



Nada de nostalgias, nada de presumir

sin querer abrir los párpados

que el tiempo es un viejo camión de la limpieza

que nos traslada a un pulcrísimo paraje

donde fuimos palmariamente tan dichosos.

Luego nos dejará tirados, no lo dudes,

a la puerta del hospital

sin nombre, alguien

coloca tu cuerpo desvanecido en la camilla.

Podía haber llegado hasta aquí, por verte

desde una rendija que es una certeza,

por no ser más que tu amigo más odioso,

por lo que prefieras, anda,

te ofrezco este ramo de lirios del valle.

De noche el viento recorre con premura

el desván de nuestra casa,

se trata de vivir desalentado,

de escuchar las voces rasgadas de los niños

ahogándose de pena, desde su revelación

el mundo ha dejado de pertenecer

al tullido rey de su república.

Cuando el verano termina por abrir

sus ventanas para que la noche refresque

y confunda el deseo, acabas

tu vaso largo de vodka.

Aquel camión fantasma del principio

carga con tus huesos.

Verás que está pautado,

como si el que tiene que volver se tocara

sin ningún comedimiento el bello sexo abrupto.

Sólo unas consultas,

quién te trajo a este lugar,

quién cuidará de ti cuando no estés.



―――――――――――



CONTRA LA BURLA



Secretos que atesorar bajo el sopor

de la almohada, cocos relumbrones y mixtos.

Más allá del azar, cuando se han superado

ya los años horribles y cuelgan las babas

de la boca y estudian tu creatinina otra vez,

más allá del azar

se esconden el pícaro que atenaza tu pecho

con punzones oxidados y diversos productos.

No supervisan ahora tu sudor, concibes

un mundo de posologías y callejas,

añoras el sueño donde se representa para ti

solamente la muerte.

La casa está en silencio

y el silencio es una aterida luz que no tocas,

alguien, bajo tu ventana, al pasar estornuda.

Por qué tendría uno que confesar su delito

si esperar frente a ti, teñido de lóbrego,

ya es suficiente desorden.

La cama que inquieta con su olor, el vaso

de agua lejano que miras con sed,

con locura,

el escozor de tu postilla que es fuego.

Todo te ha sido entregado

por ese absurdo dios que se estremece

asiduamente, te ha sido regalado

para martirizarte con enorme tesón,

igual que un caballero se cortaría las venas.

Bien, asume tu derrota siquiera,

nos harías un favor si partieses

a la atribulada región de los hipócritas.

Nos quedaría un sabor amargo en la garganta

pero qué más da, si hasta tu aliento

se imagina en estos casos riguroso.




Luis Miguel Rabanal

Música para torpes


Baile del Sol


viernes, 27 de junio de 2025

TRES POEMAS DE TRES INHALACIONES DE LUIS MIGUEL RABANAL






A la orilla de la noche

un cuerpo estrecha los

indicios. Podría ser tu

cuerpo aferrado a los

grilletes de mi cuerpo.

Un cuerpo que se eneja

recluido, como si con

la carencia de soltura

se estrenase en crispar

lo innecesario. Sin ser

su euforia perceptible,

ni su cuerpo inmune.



―――――――――――



A ANNA AJMÁTOVA LE DUELE EL (DEDO)

CORAZÓN


Llegue a visitar al poeta

exactamente al mediodía, un domingo.

A.A.


Advierte el maestro que el amor

no inhabilita las huellas que ha dejado otro amor

en el camino sin follaje del bosque de N.

Hubo aquí niñas que reían.


Y sin que nadie lo subsane, la pasión satura

la raíz que abraza y retrocede a medida

que ignoramos quién nos ha besado, quién

nos traiciona al despertar.

Hubo aquí niñas que fantaseaban

con podredumbre y diademas.


Al hijo que cada día extraño más

se le han secado las palabras.

El que todo lo ve con sus disfraces turbios

se cansa de abrir y cerrar las ventanas de la casa,

hubo aquí un orden y estorninos.


Y ese amor, la planta trepadora que apaga

los ojos del peñasco, nos invade

como el sueño del idiota, nos urge a construir

entre dos cuerpos una ciudadela excelente

provista de arroyos y patrones.

Hubo aquí niñas que lloraban.


Hacia ninguna parte, es nuestra razón.



―――――――――――



el amor se esconde la noche de luna

menguante nuestro cuerpo se niega a rogar

nos pide permiso para contar las horas

que se desbordan para volver a estar juntos

el amor que tarda en decirse,




Luis Miguel Rabanal

Tres inhalaciones


Amargord Ediciones


 

viernes, 12 de junio de 2020

LA CAZA UN POEMA DE LUIS MIGUEL RABANAL





La caza



A mayor impertinencia

el tiempo castiga con sus manos

pulcras, pone a escurrir las galas

del difunto y de un sólo trago se bebe

la pócima.


Si fuera el allegado antiguo

que ha venido a recuperar su tesoro

enterrado en la grava —un par

de monedas y una alfombra raída,

un coche de guardias y una muñeca

de yeso—

pero no.


Grita tu nombre y se deja poseer

por la extraña silueta. Se compara

a quien tú ya sabes de sobra: idéntico

rostro avejentado, los brazos

que penden,

inútiles, del cuerpo.

Igual que monigote.


Ahora que estamos tú y yo

solos y nadie nos molesta. Ahora

que descubro en tu sombra picotear

tus dientes un pájaro espantoso

y olvidarte sin ganas.


A tanto amor le acribillan

tres minutos de lluvia.

O no es eso. Sobre tu carne

maldita ellos secan palabras.




Luis Miguel Rabanal

A la que falta


Origami

sábado, 10 de enero de 2015

DIEZ LIBROS DEL AÑO


En la acería, 2014 por Pablo Müller


«si la poesía fuera un olvido del perro que te mordió la sangre / una delicia falsa / una fuga en mi mayor / un invento de lo que nunca se podrá decir? ¿Y si fuera la negación de la calle / la bosta de un caballo / el suicidio de los ojos agudos? ¿Y si fuera lo que es en cualquier parte y nunca avisa? ¿Y si fuera?»
Juan Gelman

La poesía tal vez fuera un olvido del perro que te mordió la sangre, dice el poeta sabio Juan Gelman, que nos dejó el año pasado junto a uno de los libros que componen esta lista de diez del año. Una lista personal y intransferible, que tiene como objeto repensar las lecturas y mostrar mi agradecimiento por los poemas leídos, porque como dice Charles Bernstein: «Todo poema es un modelo de un mundo posible, que solo nace cuando la lectura es activa, activada.» Y activada la experiencia de percibir esos mundos tras estos poemas encuentro una de las razones de la poesía.


Espejo negro y otros poemas. Miriam Reyes. Ediciones Liliputienses. “Mis padres me enseñaron a no tener nunca nada. / Ellos me enseñaron a no volver nunca a casa / a no decir nunca esta casa en mía”



Las sumas y los restos. Ana Pérez Cañamares. Devenir. “Una mariposa en el vagón del metro. / Príncipe Pío, 31 de agosto, 14.30 horas. / Dejo escritos los datos exactos / porque nadie pareció darse cuenta. / Los periódicos gratuitos / hablaban de asuntos banales.”



La ciudad o la palabra pájaro. Mar Benegas. Huerga & Fierro Editores. “Antes del tiempo alas y luz / antes, mucho antes del universo / hubo un útero / — sin sueño no hay dolor / pero caerás / y te dispondrás (como una piedra) / a vivir eternamente sin cielo — “


La traductora de incendios. Isabel García Mellado. Valparaiso Ediciones. “tú sabías que la entrada a mi patio de atrás / estaba custodiada por cuadros de la kahlo / que al entrar tenías que pisar con cuidado / los restos de jarrones hechos añicos / sorteaste las redes y las sombras huidizas…


Hoy. Juan Gelman. Visor. “Salís de la escritura al mundo y el mundo te vuelve a la escritura. El corazón, el hígado, la entraña de la madre, no tienen otra manera de vivir. Que vengan los salvajes a tocar este dédalo y serán derrotados en la transformación de lo invisible. Dedos que tocan lo intocable se recrean como niño en su cuna. No necesitan mendigar su pan. Vuelan en la bondad y así conocen sus infiernos. A Antonio Gamoneda.”

Tres inhalaciones. Luis Miguel Rabanal. Amargord Ediciones. “A la orilla de la noche  un cuerpo estrecha los  indicios. Podría ser tu cuerpo aferrado a los grilletes de mi cuerpo. Un cuerpo que se enoja recluido, como si con la carencia de soltura se estrenase en crispar lo innecesario. Sin ser su euforia perceptible, ni su cuerpo inmune.”


India. Chantal Maillard. Editorial Pre-Textos. “Esa energía mínima, centro, diosa interior o alma por lo general tan oculta, a pesar de lo extremadamente porosa que es la membrana que protege su acceso, no se inmuta. No le daña el mirar ajeno porque ve en quien mira lo que su mirar oculta.”


Una fe provisional. Luis Arturo Guichard. Ediciones Liliputienses. “La única patria que hay es el hambre. / El primero en llegar, antes incluso / de que la casa existiera, no tuvo / otro retrato ni otro pasaporte. Con hambre se construían los barcos / y con ella estas casas de inmigrantes.”


Blanco inmóvil Charles Bernstein. Kriller71ediciones. Traducción de Enrique Winter. “90. Aparte del valor –mercancía- social de ser un “poeta” y escribir “poesía”, ¿no deberíamos esperar que la escritura, a diferencia de la pintura, pudiera verse a sí misma no como una actividad específicamente creadora de arte, sino como parte de una actividad más amplia, no centrada en la escritura: la investigación y la articulación de lo humano?”

Todos nosotros. Raymond Carver. Bartleby Editores. Traducción de Jaime Pride. “Era un buen ajuste de cuentas. / Palabras arrojadas como piedras contra las ventanas. / Ella gritaba y gritaba, como el ángel del juicio final. / Entonces apareció el sol de repente adensando / el cielo de la mañana. / En el silencio repentino, la pequeña habitación / resultaba extrañamente vacía mientras él le secaba las lágrimas. / Se parecía a todas las demás habitaciones pequeñas de la tierra / en las que la luz encuentra dificultades para entrar. / Habitaciones en las que la gente se grita y se hiere. / Y luego siente pena, y soledad. / Incertidumbre. La necesidad de amparo.”

Algunos de estos libros no serían posibles en la lógica actual del capitalismo y la literatura. Estoy muy agradecido a los editores José María Cumbreño, de Ediciones Liliputienses, Anibal Cristobo, de Kriller71 Ediciones, Chema de Amargord  y Juanje Sanz Moreda de LUPI, por su tesón y audacia. Buenos libros, buenas lecturas para todos en este 2015.




domingo, 16 de febrero de 2014

HOTEL EN AVILES


Avilés, febrero de 2013 por Pablo Müller


«…el tiempo es un viejo camión de la limpieza

que nos traslada a un pulcrísimo paraje»

Luis Miguel Rabanal

 


Avilés.

en febrero,

decir buenas noches

y colgar el teléfono,

buscar en otra memoria al traductor

del ruido de los coches de esta ciudad

 

reconocer el hueco de otra cabeza

en la almohada

reunir,

el sueño y el miedo

con el viajero que marchó ayer,

con el viajero que llega mañana.

 

hay el mismo mar detrás de la ventana

entonces, ¿por qué estoy tan lejos?

 

Febrero de 2013, febrero de 2014